Al inicio de esta semana el líder máximo de la autollamada Cuarta Transformación dijo que los ricos “se habían apoderado del sector energético, en particular de la industria petrolera y de la industria eléctrica, y estaban conspirando para destruir a y la , pero que esto se acabó, que en esta transformación los pobres son primero.

Y ya entrado en el tema de pobres y ricos, que tanto le gusta, el Presidente lanzó esta pregunta: “Antes se decía, desde hace muchos años, siglos, se decía: ‘¿Qué haremos con los pobres?’ Ahora no es así, ahora podríamos decir: ¿Qué haremos con los ricos?”.

Y aunque nadie se lo preguntó, este de curvas aplanadas, de manera desinteresada -para que no lo vayan a acusar de mercantilista como lo hicieron con los médicos del país-, le ofrece al señor Presidente tres propuestas de lo que se podría hacer con los ricos.

1.- Darles un puesto en el gabinete ampliado y muchos, muchos contratos de compras públicas para sus hijos.

El precio al que vendan, ese no importa, pues son gente de confianza. Estos hijos, que salieron unos Leones , como el junior Bartlett para hacer negocios con el gobierno, nada tienen que ver con sus padres, son rancho aparte, por lo que no hay que preocuparse de algún posible conflicto de interés, ni favoritismo. Además de que, en la 4T, ya hace meses que se acabó la corrupción. Si el padre amasó su fortuna durante el priismo, durante “el régimen neoliberal”, eso ya nada importa, recuerde que la venganza no es el fuerte de este gobierno. Si papá tiró un sistema para que el priismo se mantuviera en el gobierno, eso es cosa del pasado, eso es de los viejos, todos cometemos errores. Hoy sus hijos tienen el derecho a venderle, y venderle bien, al gobierno federal.

Y ahora, ¿qué hacemos con los ricos?
Y ahora, ¿qué hacemos con los ricos?

¿O usted que creía?, que por un sueldo austero -al que cada que hay una emergencia le van descontando-, sin gastos de representación, sin seguro de gastos médicos mayores, sin bonos anuales y sin aguinaldo… los funcionarios públicos de alto nivel iban a privar a sus cachorros de venderle al gobierno, si no se trata de un apostolado.

¿De qué quiere usted que vivan esos muchachos que están acostumbrados a tener varias casas, muchos autos, grandes viajes? Ellos no pueden perder su nivel de vida solo porque a su padre, en la vejez, le dio por la pobreza franciscana y a dedicar sus últimos años, profesionalmente productivos, a componer el país que, hasta hace unos años, él contribuyó a descomponer.

Y así, ya con la tranquilidad de que las criaturas tienen asegurados casa, comida y sustento, los padres pueden dedicarse de lleno a transformar al país…

2.- Hacerlos asesores cercanos y darles el trabajo de ser interlocutores con los empresarios, con las mujeres y hombres del dinero en este país.

La idea es que estos ricos, como personas con negocios exitosos, regresen a la patria algo de lo mucho que les ha dado y ¿cómo lo van a hacer? Sí, pues trabajando para el gobierno.

Este tipo de empresarios, vueltos funcionarios, tendrán la misión de hacer que los de su especie sientan confianza en la Cuarta Transformación. Al darles una oficina muy cercana a la del Presidente se mandará el mensaje de que las ideas y necesidades del empresariado estarán muy cerca del oído presidencial. Este rico será muy útil cuando se requiera de que los empresarios le sirvan de apoyo o, aunque sea, de escenografía al Presidente. Este funcionario hará sentir a sus amigos empresarios que el Presidente aprecia y valora su colaboración y solidaridad. ¡Y que valen mil!

Y ahora, ¿qué hacemos con los ricos?
Y ahora, ¿qué hacemos con los ricos?

Sin embargo, para que este rico pueda hacer bien su trabajo, necesita cumplir al menos tres condiciones. La primera: que el Presidente no se la pase insultando a los empresarios y acusándolos en general de corruptos. Que, desde luego, persiga y ponga en manos de la justicia a aquellos que han cometido actos de corrupción , que evadan impuestos, que contaminen el ambiente o que abusen de sus trabajadores. Pero al resto, a la mayoría, de cuando en cuando deberá escucharlos.

La segunda: que el Presidente no descalifique en público al funcionario rico, que recuerde que si quiere vender el camello, no debe hablar mal del camello. Y la tercera: que el Presidente no demonice la riqueza. La desigualdad , es sin duda, endemoniada en México, pero criminalizar a la iniciativa privada, no es sano, y poco ayuda al funcionario rico de su gabinete a poder entablar un diálogo virtuoso con sus colegas millonarios.

De no cumplirse estas tres condiciones, el Presidente solamente le habrá dado a su funcionario, empresario y rico un hueso para que se le atore en el pescuezo.

3.- Volverlos aplaudidores y genuflexos.

Primero hay que descalificarlos, insultarlos, perseguirlos y despreciarlos por ser ricos. Después, convocarlos y pedirles que ayuden para alguna causa. Unos por miedo, otros por necesidad, pero sin duda, muchos de ellos acudirán en cuanto reciban una llamada de la Presidencia de la República.

Ya que estén ahí, en Palacio Nacional, el trato debe seguir siendo frío, distante. Y de inmediato hay que dejarles caer el sablazo. Que se necesita que den al menos un millón de dólares para pagar los premios de la llamada rifa del avión presidencial. Y claro, cuente con que ahí estarán con la chequera lista. Algunos incluso querrán poner dos o tres millones en la búsqueda de la simpatía presidencial. Sin embargo, recuerde mantener una sana distancia de ellos -pues como ricos están más cerca del demonio que de Dios- y hacerles sentir que cuando el dinero se utiliza para apoyar la Cuarta Transformación del país, no es tan malo.

Hay que invitarles al Palacio Nacional a merendar unos y atole, para que sepan que este gobierno es austero y mandarlos pronto de vuelta a sus casas. Desde luego, muchos de ellos, que muy mansitos se comprometieron en esa merienda a regalar unos millones, en el siguiente partido de golf o en la próxima comida con sus amigos despotricarán en contra de la 4T. Dirán que es imposible vivir ya en este país, que vamos hacia el abismo económico, que hay mucha inseguridad; que la violencia está imparable, que el gabinete no sirve para ni una maldita la cosa… Pero no hay que preocuparse demasiado, cuando la cosa comience a ponerse fea, y los ricos se intenten poner bravos, se organiza una nueva tamaliza y asunto arreglado.

¿Se entendió, bien a bien, qué clase de hombres de negocios se requieren cerca de Palacio Nacional?

ME CANSO GANSO: PALABRAS DE LA 4T

En otra de las gustadas entregas del Pejebulario, aquí le van una más a la lista.

CURVA:

Según la geometría Gatelliana es una línea, que entre más casos de contagios y más muertes se dan en una pandemia, se aplana en vez de ir hacia arriba.

Ej. La curva se está aplanando, pues el lunes hubo 155 muertes por Covid y el miércoles, 424.

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