Y llega hasta la pasarela el tercer aspirante a la corona de Mister Morena 2025. Luciendo un vistoso kimono diseñado en Milán por Prada, camina con elegancia Andy.
Aunque su nombre es, nada menos, que Andrés Manuel López Beltrán, él no necesita que lo llamen como su padre, pues jamás se colgaría de la popularidad del fundador de Morena y creador de la Cuarta Transformación para ganar algo. Andy tiene su personalidad y carrera propia.
Así que, en este certamen, para evitar que se hable de alguna trampa o privilegio, y que los zopilotes comiencen a decir que este concurso es como el de Miss Universo, este aspirante solo compite como Andy, simplemente Andy. Y como se hizo en los casos de los otros dos contendientes, es necesario aclarar que este, en este certamen, Raúl Rocha Cantú no tiene nada que ver, que es un concurso libre de huachicol y que el único juez que decidirá al ganador es el pueblo bueno y sabio.
Además, es así, Andy, como lo llaman sus amigos y las personas que lo quieren, y es prácticamente imposible que alguien no quiera a este muchachón al que le sobran virtudes y tiene unos genes envidiables.

Andy es un hombre de trabajo, y cuando se impone una misión, no descansa hasta que la concluya, sin importar que termine exhausto. Lo mismo emprende un negocio de chocolates que da consejos a quienes realizan obras multimillonarias de infraestructura.
La amistad es una de las cosas que Andy más valora en la vida, incluso la aprecia más que el dinero, y la prueba es que podrá no ser un millonario, pero su riqueza es tener muchos amigos. El hecho de que esos amigos se hayan hecho ricos en los últimos años nada tiene que ver con que sean cercanos a él o que se hayan beneficiado con contratos del gobierno por ser amigos del hijo del Presidente, si ellos hicieron muchos negocios, es porque tienen empresas muy competitivas, no por su amistad con Andy.
Sin importar si Andy gana el certamen, lo que sí es seguro es que el título de Mister Amigo ya lo tiene en la bolsa, pues nadie como él tiene un ejército de amigos agradecidos.

Es justo decir que, si bien las obras magnas de infraestructura del sexenio pasado salieron de la brillante mente de su padre, Andy también jugó un papel importante en la realización de estos proyectos, pues desinteresadamente acercó a varios de sus amigos para que participaran en ellos. Para muestra, el caso del Tren Maya, en el que Amílcar Olán, amigo de Andy, obtuvo el millonario contrato para proveer el balasto sobre el cual se instalaron las vías.
Otro botón de muestra es el de la construcción del “Malecón de Villahermosa”, un parque lineal en el tramo del río Grijalva que atraviesa por la capital de Tabasco, cuyo costo fue de 3 mil 500 millones de pesos, obra que fue encomendada por el entonces presidente AMLO a Alejandro Castro Jiménez Labora, un empresario amigo de Andy.
Y, ni por un minuto, vaya usted a pensar que Andy se llevó un moche, o tuvo algún beneficio por parte de sus amigos que recibieron las megaobras, pues recuerde que el propio Presidente, en su toma de posesión el 1 de diciembre de 2018, prometió que en su gobierno no habría “amiguismo, nepotismo e influyentísimo”, y es incapaz de mentir.
Y sin necesidad de hacer un fraude, como se hacía en las elecciones del periodo neoliberal, Andy podría arrasar en el competencia por la corona, pues está por lograr la afiliación de 10 millones de militantes en Morena, y si cada uno de ellos le da su voto, los otros dos competidores están perdidos y el título de Mister Morena 2025 será para el hijo de AMLO. Además, con tantos votos, nadie podría argumentar nepotismo.

Y, hay que hablar claro. Para nadie es un secreto que Andy quiere ser el candidato presidencial de Morena en 2030, de tal manera que un paso previo podría ser Mister Morena 2025, y a partir de ese título, iniciar su camino a Palacio Nacional para ocupar la silla que su padre dejó encargada por seis años.
Andy es un chamaco de 39 años, con muchas ilusiones por delante. Su pasión, además de trabajar a favor de los más pobres, son los viajes y las obras de arte. Así que cuando se puede dar un tiempo en su exhaustiva agenda, realiza austeros viajes por el mundo. Y, como no tiene mucho tiempo para visitar museos, de cuando en cuando se da un gustito y compra obras de arte, como una obra de arte de la artista japonesa Yayoi Kusama, valuada en medio millón de pesos, que adquirió recientemente.
Como verá, este aspirante lo tiene todo: juventud, honradez, conciencia social, impulsor de negocios, sensibilidad por el arte y mucho, mucho futuro.
Buena suerte y que gane el mejor, de entre los mejores.
DESCANSO GANSO
Este Arlequín quedó exhausto luego de organizar este certamen, por lo que se tomará unas breves vacaciones. Y aunque no le alcanzará el tiempo para realizar un austero viaje a Japón, aprovechará estos días para leer y gozar cada página de la obra maestra de AMLO, “Grandeza”. En enero, su Arlequín de confianza estará de regreso para darle a conocer el nombre de Mister Morena 2025.
¡Felices fiestas!

