Ya sea por aquello de que cae más pronto un hablador que un cojo, o bien porque muchos terminan pareciéndose o imitando lo que dicen odiar, Samuel García ha terminado por ser un personaje tan deslenguado, desatinado y contradictorio como su antecesor, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”. Los hermana ya, para siempre, la misma ambición irresponsable –ridículamente ilusa– que los llevó a pedir licencia como gobernadores de Nuevo León para dedicarse a hacer campaña por la Presidencia de la República.

Sin embargo, hay una gran diferencia a favor de “El Bronco”: con todo y las merecidas críticas de que fue objeto, su solicitud de licencia, lo mismo que la designación de Manuel Florentino González Flores como gobernador interino, transcurrieron en paz.  Nada que ver con el desaseo legal en que ha incurrido el joven Samuel García, quien creyó que habiendo ya solicitado licencia para hacer precampaña presidencial por Movimiento Ciudadano,  podía volver a ser gobernador por tres días sin mayores consecuencias; y mucho menos hay comparación posible con el caos político en el que se ha sumido el estado a partir de la salvaje irrupción de las huestes de MC en el Congreso estatal para tratar de impedir que este eligiera al sucesor interino de García.

Sobrevalorando su juventud como un valor per se, Samuel García se ha presentado como el genio político que necesita el país para salir adelante; aquel que protagoniza “la nueva política” y las “nuevas ideas”, el que “trajo” la millonaria inversión de Tesla (quien había decidido invertir por cuenta propia) y el que “redujo” la pobreza de su estado “a la mitad” (tras un grosero maquillaje estadístico).

Todo esto suena maravilloso y se ve muy bien en Tik-Tok, pero tiene demasiado de ficción. Así como García fue capaz de decir que era un sacrificio levantarse a las cinco de la mañana para ir a jugar golf con su padre, así intenta vender su juventud como una virtud política que por sí misma representa lo “nuevo”.  Pero lo “nuevo” no se ve por ningún lado. Su discurso demagógico, aunque exitoso para ganar el gobierno de Nuevo León, es muy viejo y de hecho ya ni siquiera convence a muchos de los que votaron por él; sus gestos grotescos (como llevar a su mujer y a su bebé a una entrevista en TV para presentarse como víctima de un “golpe del PRIAN”); las prácticas de su partido, expuestas flagrantemente la noche del miércoles pasado, dando un  porril “portazo” en el Congreso del estado, recuerdan los momentos más oscuros de la vida democrática en diversos lugares del mundo.

Como resultado de todo lo anterior, nuestro político junior vive sus horas más bajas desde que llegó al gobierno de Nuevo León y emprendió su nueva aventura hacia la Presidencia. En medio de una grave crisis política en Nuevo León, el Partido de la Revolución Democrática está pidiendo al Instituto Nacional Electoral que sea cancelado el registro de Samuel García como precandidato de Movimiento Ciudadano a la Presidencia por violaciones a la Constitución; al mismo tiempo, la Comisión de Quejas y Denuncias del mismo INE ya ordenó que se retiren los spots de Samuel García por su promoción personalizada como gobernador de Nuevo León.

Para su consuelo, no obstante, nuestro político junior cuenta una vez más con el espaldarazo de López Obrador, lo que confirma que sigue siendo el candidato de Palacio Nacional para golpear y fragmentar al voto opositor, algo que difícilmente los dirigentes y militantes de MC podrán ocultar o negar a estas alturas. Y no será raro, desde luego, que sus aliados de Morena y el Partido Verde lo sigan apoyando en su pretensión de dejar al gobernador interino que le venga en gana, violando los artículos 96 y 122 de la Constitución de Nuevo León que claramente señalan que es facultad del Congreso del Estado nombrar al gobernador interino.

Los costos políticos de este desastre todavía deberán ser analizados. Por muy eficiente que sea el control de daños que emprenda el dueño de MC, Dante Delgado, y por mucho que las encuestas oficialistas favorezcan a su candidato junior, los últimos sucesos han sido definitivos para desenmascarar a su formación política como palera y beneficiaria directa de la 4T.

Correspondencia parda

La Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha  aplazado la autorización para que las vacunas de Moderna y Pfizer contra el Covid19 puedan comercializarse en México. Sin dar fecha para que estos biológicos puedan estar al alcance de la población, la Cofepris señaló que tiene como meta aplicar 19.4 millones de vacunas contra el Covid 19 echando mano de los fármacos Abdala, de Cuba, y Sputnik, de Rusia, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud no los ha avalado y que, como se sabe, su eficacia contra las nuevas variantes del virus es nula. El asunto, ya en temporada preinvernal, es muy grave: ¿son razones ideológicas y/o turbios negocios las que privilegian las vacunas de Cuba y Rusia que no sirven para nada? ¿Quién se responsabilizará por los daños a la salud y probables muertes que esta situación pueda acarrear?  Otra infamia.

@ArielGonzlez

FB: Ariel González Jiménez

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