Un día como hoy hace 35 años, falleció Concha Michel, activista, investigadora, dramaturga, compositora y cantante de corridos durante la Revolución. Su fecha de nacimiento es incierta, algunas fuentes dicen que fue el 21 de mayo de 1899 en Villa Purificación, Jalisco; sin embargo, su nieta Citlali Rieder afirma que fue el 26 de mayo de 1895. Su espíritu rebelde se revelaría a muy temprana edad, pues a los 11 años, realizó una quema de santos y organizó una fuga de novicias en el convento donde había sido recluida, lo cual provocó su expulsión.

En su adolescencia estudió Música en el Conservatorio de Guadalajara, gracias a una beca otorgada por José Piersson, el profesor de canto de Pedro Vargas. A los 16 años quedó embarazada y emprendió un viaje a Estados Unidos como indocumentada. Un año y medio después, su hija murió. De regreso a la capital del país, se casó con el austriaco Pablo Rieder, con el cual tuvo a su hijo único hijo. No obstante, la relación duró apenas tres años.

En 1922, se relacionó con figuras artísticas como Germán y Lola Cueto, Lupe Marín, Diego Rivera y Manuel Maples Arce. Este último cuenta que se reunían todos en casa de los Cueto y “la llegada de Concha Michel con su guitarra transformaba el taller en tertulia”. En dichas reuniones, los pintores Francisco Diaz León y Gabriel González se juntaban a cantar corridos.

José Juan Tablada, en su novela La resurrección de los ídolos, se inspiró en ella para crear a su personaje Paz Vallejo, quien se considera “no cantatriz, sino cantadora, muy popular, muy mexicana”. Michel también tuvo amistad con Frida Kahlo y Aurora Reyes, con quienes participó en la Tribuna de México, sala de discusión en la que algunos intelectuales compartían ideas políticas. Su vínculo fue tan importante que Reyes retrató en un cuadro a Concha como sirena tocando su guitarra, a Frida con un manto de catrina y a ella misma como una muñeca de cartón.

Concha Michel
Concha Michel

Michel fue afiliada a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios y convivía con los miembros más notables como Silvestre Revueltas, María Izquierdo, Juan de la Cabada, entre otros. En 1932, viajó a Nueva York y trabajó en la Escuela de Ciencias Sociales. Durante este periodo John D. Rockefeller la invitó a cantar en su fiesta de cumpleaños y, además, participó en la inauguración del Museo de Arte Moderno. Poco después, se mudó a la Unión Soviética, con la idea de conocer el comunismo de primera mano.

Cuando volvió, continuó con su labor como activista y, en 1936, intentó invadir con 250 mujeres la Hacienda de Santa Bárbara, que pertenecía a Plutarco Elías Calles, para convertirla en una escuela especializada en formación política. No tuvo éxito; sin embargo, Lázaro Cárdenas le ayudó con su cometido, otorgándole una propiedad.

Michel publicó 6 obras para teatro, en 1942, Cantos indígenas de México en 1951 y, en sus últimos años, el poemario Dios Nuestra Señora (1966), el cual dedicó a Aurora Reyes y a Octavio Paz, a la primera, “por tu alta calidad literaria con la belleza y fuego que diste a este poema”; al segundo, por ser un “gran poeta y autor de la verdadera filosofía de la Chingada –madre burlada– […], evocador de raíces de la vida y uno de los que hablan por la mujer, quizás exasperado por su mudez”.

Murió el 27 de diciembre de 1990 en Morelia, según la prensa a los 91 años, a causa de un paro cardiaco. Actualmente es recordada como una de las primeras feministas mexicanas y una de las indigenistas más activas del siglo XX.

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