La vida del poeta suizo Arthur Cravan está llena de incógnitas y chascos. Su verdadero nombre era Fabien Avenarius Lloyd y era sobrino político de Oscar Wilde. Sus textos en la revista literaria Maintenant! le dieron fama, aunque muchos afirman que lo mejor de su obra es su propia vida.

Su vocación osciló entre la poesía, la crítica de arte y el boxeo, aunque en realidad fue un provocador. En alguna ocasión anunció que se suicidaría en público, lo que congregó a cientos de curiosos, ahí los zahirió y luego les endilgó una ponencia sobre la entropía.

En 1913, en pleno auge espirita, alimentó el rumor de que Wilde seguía con vida. Fue tal la seguridad de sus afirmaciones que un reportero indicó: “Estoy convencido de que Cravan está en lo cierto y Oscar está en la tierra y vivo. Me dijo que Wilde lo visita, en su departamento, desde el 23 de marzo de este año y ha conversado con él por horas, y no hay posibilidad de que se trate de un impostor”.

Al ser cuestionado sobre lo que se hallaba dentro del féretro de su tío, respondió que contenía varias obras inéditas. Sobre su paradero reconoció: “No estoy en la libertad de decirlo. Sé que él está vivo y que este mes está en la India o en Indochina. Me dijo que es frecuentemente reconocido, especialmente en los primeros dos años, mientras estuvo en Italia y en Grecia. Varios de mis propios amigos me han asegurado haberlo visto”. Su osadía era tal que ofrecía 5 mil dólares al gobierno francés si procedía a la exhumación.

Cravan llevó su carrera pugilista al extremo. En 1916 desafió a Jack Johnson, El Gigante de Galveston, a una pelea. Aunque el poeta era muy alto, medía 1.95, y corpulento no dio una buena batalla. El encuentro terminó en el sexto asalto, después de una brutal golpiza, tres golpes seguidos al estómago y un sensacional uppercut terminaron con el desigual combate. Se cuenta que Johnson había vendido la filmación de la pelea, pero ésta debía tener una duración mínima y por ello la prolongó.

Siguiendo su estrambótica existencia, Cravan probó suerte en los Estados Unidos, donde protagonizó varios escándalos, como una conferencia conjunta con Marcel Duchamp, donde se presentó borracho, iracundo y, en un momento dado, empezó a desnudarse.

Llegó a México finales de 1917 y se dice que tuvo que nadar a través del Río Bravo para cruzar la frontera. Ya en la capital, el 31 de diciembre declaró que se proponía “fundar en México una gran escuela de box, no solamente para profesionales, sino para hombres prácticos, hombres capaces de comprender el objeto de sus movimientos, hombres que no olviden nunca que una de las mayores necesidades del vivir moderno es la de procurarse el perfecto desarrollo de todos sus órganos y encontrarse aptos, como consecuencia inmediata, para llenar todas las exigencias de la vida y resistir victoriosamente los avances destructores de las enfermedades”.

Según consta en los archivos del juzgado primero del Registro Civil, Cravan contrajo matrimonio el 25 de enero de 1918 con Mina Gertrude Löwry, el nombre real de la poeta inglesa Mina Loy. Él manifestó tener 30 años, ser escritor y estar domiciliado en Mina 169. Al poco tiempo, ella quedó embarazada y la pareja optó por migrar a Buenos Aires. En su genial locura, Craven decidió hacer una travesía en un pequeño velero que nunca llegaría a su destino. Según un poeta, el sobrino de Oscar Wilde terminó sus glorias “en la panza de los tiburones del golfo”.

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