No es un secreto que el año que vence ha sido difícil para muchos en México y alrededor del mundo. La pandemia ha seguido derivando en muertes de seres queridos y ha afectado las posibilidades económicas de muchas familias. Estamos todos esperando que 2022 sea mejor, con menos Covid, más recuperación económica y un retorno a la vida normal antes de la pandemia.

Hay razones para el optimismo. Con el paso del tiempo, más personas han sido vacunadas y Covid se vuelve menos letal. En 2022 probablemente empiecen a llegar los tratamientos para el Covid también, que salvarán vidas. Y con todo esto, es muy posible que la recuperación económica se sostenga y regresemos, quizás hacia la segunda mitad del año, a algo que se parece más a la vida antes de la pandemia.

Pero también hay algunas incógnitas en el mundo que deberían preocupar y que podrían derivar en un año de incertidumbre.

La primera, por supuesto, tiene que ver con la pandemia. En Europa, África y Estados Unidos, una nueva variante de Covid, ómicron, ha pegado con fuerza. Es mucho más contagioso que otras variantes, pero mucho menos severa para la mayoría de afectados. Llegó a México también, pero quizás no sea tan devastador como las variantes anteriores. Aunque no sabemos si vendrán otras variantes más letales. Ojalá vayamos saliendo de esta pandemia o, por lo menos, aprendiendo a vivir con ella, pero no sabemos aún cómo será el panorama del virus durante el año.

La segunda incógnita es la inflación, que está azotando no solamente a México, sino al mundo entero. No es de sorprenderse que los precios suban rápido cuando hay un regreso a la actividad económica más o menos normal después de un periodo de encierro y actividad lenta, y además cuando las cadenas de suministro de productos han sido parcialmente interrumpidas durante la pandemia. Lo que no sabemos es si los precios se van a estabilizar en algún momento, que es lo más probable, o si van a seguir en aumento. Si sigue la inflación, podría minar los efectos de una recuperación económica en 2022.

Y la tercera incógnita tiene que ver con la paz en el mundo, con dos conflictos en lugares lejanos que podrían afectar a la economía global si es que se agudizan. El primer conflicto es entre Rusia y Ucrania. El gobierno ruso ha desplegado tropas en la frontera con Ucrania desde hace unos meses, amenazando con invadir al país vecino, que una vez formó parte de la Unión Soviética y, antes de eso, del Imperio Ruso. No es claro aún si el presidente ruso Vladimir Putin de veras quiere invadir Ucrania o sólo quiere negociar con los países occidentales, básicamente Estados Unidos y la Unión Europea, para tener más control de la vecindad. Pero cuando hay soldados y misiles de por medio, todo puede pasar.

La situación en Taiwán, un país que China reclama como suyo, no es menos tenso. Taiwán fue, efectivamente, parte del imperio chino y luego de la república china antes de la llegada del gobierno comunista; los restos del gobierno republicano chino tomaron refugio en la isla. Las dos partes han construido una ficción de que es un solo país, pero ahora hay muchos en Taiwán que quieren ser independientes. Una invasión china a la isla podría incendiar un conflicto mayor global entre el gobierno chino y los gobiernos de Estados Unidos y Europa, con efectos importantes en la economía global.

No escribo estos escenarios con ánimo pesimista. Creo que lo más probable es que 2022 sea un buen año, con un regreso a una economía vibrante y mayor libertad para circular y vivir como antes. Pero habrá que estar atentos a estos tres escenarios que nos podrían interrumpir nuestro anhelo de regresar a la vida antes de Covid.

Presidente del Instituto de Políticas Migratorias.
@seleeandrew