Los periódicos de Estados Unidos están repletos de notas sobre la supuesta cifra récord de migrantes que cruzaron la frontera de México en este año fiscal (que empezó en octubre del año pasado y terminó a finales de septiembre). El gobierno de Estados Unidos reconoce que había más de 1.7 millones de encuentros con migrantes indocumentados en la frontera durante estos 12 meses, lo cual sería el número más alto en la historia desde 1986.

Pero la noticia no es realmente tan cierta como parece. Durante este periodo, por razones de cambios en políticas fronterizas del gobierno de Estados Unidos, los migrantes indocumentados empezaron a intentar cruzar múltiples veces, por lo que parece que la cifra real de migrantes que intentaron cruzar es más cerca de un millón (con muchos que son contados dos o tres veces). Éste sigue siendo un número enorme de personas intentando cruzar la frontera, pero ya no es un récord comparado con otros años anteriores.

Sin embargo, si bien no es la cifra más alta de personas cruzando la frontera, sí marca un hito histórico en ser el año más complejo de la migración en la frontera México-Estados Unidos, y se está tornando bastante complicado para México también. Pero lo novedoso no es sólo la afluencia tan grande de migrantes, sino también la composición de los flujos migratorios.

A principio del siglo XXI , cuando pasaban números parecidos de migrantes indocumentados en la frontera común, la gran mayoría eran adultos mexicanos. Si bien eso tenía sus propios desafíos, el hecho de que fueran mayormente adultos y que era un tema binacional entre México y Estados Unidos, hacía un poco más fácil pensar en políticas sensatas para manejar estos flujos. De hecho, casi se logró un acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos antes de que dos aviones se estrellaron contra las torres gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 y terminaron con las esperanzas de ese acuerdo (si bien algunos elementos terminaron implementándose después sin mucho afán).

Pero este año, los migrantes que llegan a la frontera provienen de países muy diversos —muchos de Centroamérica , sin duda, pero también de Sudamérica y el Caribe. Entre una cuarta y una tercera parte de los individuos son de otros países más allá del Triángulo del Norte . Son haitianos y cubanos, donde las economías están en caída permanente; venezolanos y nicaragüenses, huyendo del conflicto político, y brasileños y ecuatorianos, escapándose del desastre económico que Covid dejó en las fortunas de la clase media y clase media baja en esos países.

Además, son cada vez más familias y no sólo adultos y con algunos menores no acompañados también. Si bien todo migrante merece respecto, en el caso de niños con o sin familias, este tiene que ser mucho más pensado y estructurado para proteger los derechos de los menores de edad.

Y si bien la gran mayoría de los que están transitando hacia Estados Unidos quiere llegar a ese país, estamos viendo un fenómeno cada vez más visible de migrantes que se van quedando en México. En algunos casos, México siempre era el destino preferido, pero en muchos otros casos es la segunda y necesaria opción para los que no pueden llegar hasta Estados Unidos. Y es muy probable que muchos de estos migrantes se van a ir quedando tiempos más largos en México, y algunos para siempre.

La migración en la frontera México-Estados Unidos siempre ha sido un tema complejo para los dos países, pero ya no es complicado porque se trata de nacionales de estos países, sino porque se trata de ciudadanos de múltiples países, y muchos de ellos niños y jóvenes, que están cruzando la frontera compartida. Y si bien hay políticas sensatas que pueden ayudar a manejar estos flujos, no hay soluciones fáciles ni medidas claras que cambiarán este panorama a corto o mediano plazo. Y seguirá siendo un tema en la agenda de ambos países por mucho tiempo y marcará la relación entre ellos.

Presidente del Instituto de Políticas Migratorias.
Twitter: @seleeandrew

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