Se acerca el 2021 y como cada enero comienzan las promesas, metas y esperanzas para un nuevo año. Especialmente este año y tal vez como nunca antes, hay un deseo y esperanza compartidos a nivel individual, estatal e internacional: un mundo más seguro, específicamente en el ámbito de la salud.

Debemos tener cuidado con las falsas expectativas y dar una justa dimensión a la llegada de las vacunas, pues la complicada logística de distribución, la aplicación paulatina junto con los estragos de las fiestas decembrinas hará lo suyo. Las depresiones y crisis de emocionales bien se sabe sufren un importante incremento cada inicio de año, así que podemos tener un impacto social a gran escala y, derivado de lo anterior, una crisis de seguridad.

Si algo ha dejado claro la pandemia es que los temas sanitarios son uno de los más importantes detonantes de activación de los sistemas de seguridad. La vacuna es un bien más, que opera dentro del sistema de libre mercado en el que nos encontramos inmersos, un bien preciado por ser entendida como garante de la salud. Al momento, la demanda de vacunas supera por mucho la oferta, por lo que es de esperarse que, al principio del año, y en lo que se formaliza la llegada de más dosis y/o de otros laboratorios, siga creciendo la incertidumbre e impotencia con todas las consecuencias que esto detona.

Entre las cuestiones que más preocupa respecto al resguardo de las vacunas y sobre lo cual ya ha alertado la Interpol, es la posibilidad de que sean robadas, principalmente durante su traslado y almacenamiento, falsificadas como ya ha ocurrido en algunos países asiáticos y/o traficadas en el mercado negro, dicha situación no sorprende, ya que esto ha estado ocurriendo con los insumos médicos que han desplazado a otros bienes preferidos por la delincuencia organizada, misma que ha sacado provecho de la crisis sanitaria.

Además, INTERPOl resalta el incremento de la ciberdelincuencia, la cual, aprovechándose del confinamiento, ha acaparado las ventas en línea de medicamentos e insumos médicos ilegales.

Así las cosas, las vacunas son un asunto de seguridad nacional, un bien que debe ser custodiado y protegido del crimen organizado y, por lo tanto debe hacerse a través de las instituciones de seguridad de más alta confianza y con mayor eficiencia en su sofisticado manejo.

Más allá de los sismos que han sacudido a las FFAA mexicanas en los últimos meses, son las instituciones que pueden garantizar la más importante tarea que tendrán los estados en los primeros meses del 2021, para cual en primer lugar se debe garantizar la sanidad militar priorizando la vacunación de las FFAA en lo inmediato y, en el mediano plazo elevando los presupuestos para invertir en su modernización y equipamiento para realizar labores de seguridad sanitaria.

Mucho se había discutido sin llegar a un consenso sobre el tema de la polivalencia o tareas ampliadas de las FFAA; el confuso 2021 nos aclara el panorama, las tareas sanitarias llegaron para quedarse como parte de las tareas de seguridad nacional asignadas a las FFAA.

La asignación de estas nuevas tareas a las instituciones militares exige una correcta coordinación y delimitación de protocolos entre las instituciones políticas y las de seguridad, tanto civiles como militares, así como una redefinición conceptual y legislativa en coordinación con la sociedad civil que impulse una nueva estructura de seguridad saludable. Se debe observar estos nuevos tiempos con gran mesura, pues no es tarea fácil, sin que gane la desesperación o la politización, ya que de lo contario nos espera la más dura cuesta de enero.

@AVZANATTA 

Google News

TEMAS RELACIONADOS