México, en las últimas semanas ha dado muestra de estar recuperando el podio de un liderazgo que nunca debió haber perdido.

En el 2018, cuando el presidente López Obrador llegó al poder, se encendieron los ánimos en las izquierdas latinoamericanas que se encontraban ensombrecidas por el grupo de Lima y el fortalecimiento de la derecha en la región. En ese momento, el liderazgo que se espera de México, no llegó. En los momentos en que se cuestionaba la postura sobre la situación de Cuba o Venezuela, el gobierno se limitaba a reforzar el discurso de la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, con base en la Doctrina Estrada.

Podemos señalar dos momentos importantes en los que se tomó postura en el devenir internacional: el asilo político de Evo Morales luego del “golpe de Estado” y la visita del presidente mexicano a EUA para encontrarse con su homólogo, Donald Trump.

A pesar de estos dos eventos, no se vislumbraba una estrategia clara que guiara a la política exterior mexicana, sin embargo, parece que las cosas están cambiando.

La presidencia temporal de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), le ha servido a México como un foro para impulsar los vínculos con la región y recuperar su liderazgo. La cercanía ideológica y empatía que existe entre el presidente mexicano y Alberto Fernández, presidente de Argentina, ha resultado en una mancuerna exitosa para el apoyo mutuo en diversos temas, que van desde la producción y obtención conjunta de vacunas contra el COVID19, la reestructuración de la deuda de Argentina con el Fondo Monetario Internacional, hasta el impulso de Argentina para suceder a México en la presidencia de la CELAC.

Aprovechando la coyuntura en la que hoy se encuentra la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que está siendo muy cuestionada, principalmente por la actuación de su secretario Luis Almagro, el presidente López Obrador propuso la sustitución de la OEA, por un nuevo organismo regional que no sea “Lacayo de nadie”, en el mismo orden de ideas, el mandatario refrendó su apoyo al desbloqueo de Cuba. Sabemos que en la práctica es muy difícil crear un organismo similar a la Unión Europea o sustituto de la OEA, como propone el presidente, dado que no existen las condiciones estructurales y más aún si se pretende que la base sea la CELAC, la cual carece en su membresía y por tanto en su presupuesto de las cuotas de EUA, Canadá y Brasil, pero las declaraciones del presidente y del canciller han sido bien recibidas por varios estados latinoamericanos. Sin dejar de reconocer la importancia económica de EUA y colaborando ampliamente con las estrategias migratorias propuestas por el gobierno de Joe Biden, México busca guiar escenarios de dialogo y cooperación que acerquen a las diferentes ideologías latinoamericanas.

Otro punto a destacar, es la denuncia que el gobierno mexicano realizó en contra de 11 empresas estadounidenses por facilitar el tráfico de armas hacia México, tema pendiente desde hace varios años y que no sólo se ha elogiado en nuestro país, sino en varios sectores de EUA.

Por último, la postura de México le ha valido la confianza tanto del gobierno de Nicolás Maduro, como de la oposición venezolana para ser sede desde este viernes de las negociaciones para la distensión del conflicto más álgido de la región, retomando su tradición como mediador y confirmando su aprobación en América Latina.

En un escenario latinoamericano que promete tener una importante presencia de la izquierda, México se posiciona como un actor clave, lo cual es positivo para nuestro país, e incluso para las aspiraciones presidenciales del Secretario Marcelo Ebrard, quien contaría con el apoyo del progresismo latinoamericano.

Más allá de si se está o no de acuerdo con el rumbo ideológico, es de celebrarse que las acciones que está tomando el gobierno en materia de política exterior nos indican que México está recuperando el podio.



@AVZANATTA

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