El presidente Andrés Manuel López Obrador decidió, sin invitación de por medio, presentarse ante la ONU para hablar de corrupción y desigualdad como el gran problema de México al cual él ha sabido hacerle frente. Más allá de que la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad de la ONU, que este mes le corresponde a México, no era el foro porque ahí el mandato son los temas de paz y seguridad internacionales, el gran problema de nuestro país no es la corrupción.

Tan solo una semana antes podría haber viajado el presidente a Roma para estar en la Cumbre del G20 y plantear, ahí sí, el tema de desigualdad y hasta de corrupción. Pongo `hasta’ porque si bien es cierto que es un enorme problema en México, su gobierno no puede presumir logros en este rubro, lo que debe de ser bastante decepcionante para todos los que creyeron en su discurso y por ello votaron por él en 2018.

El gran problema de México no es la corrupción. Es un acto que indigna, sin duda. Pero el gran problema de México es que no tenemos un Estado de Derecho. Ante esta ausencia, es muy fácil ser corrupto porque mientras se esté del lado del poder, no hay problema. No hay castigo. Algo que no ocurre en donde se respeta el Estado de Derecho. Y eso no ocurre en México.

El presidente habla que antes de él había un Estado de Chueco en México.

¿Qué si no Estado de Chueco es decidir detener a un delincuente confeso solamente cuando sale a la luz una fotografía de él cenando en un restaurante muy campante, algo que no es ilegal pero sí inmoral, como dijo el presidente sobre Lozoya? El momento de la detención y las razones para hacerlo, cuando se hizo evidente que el exdirector de Pemex estaba aprovechándose del criterio de oportunidad, demuestran el grave Estado de Chueco en México.

¿Qué si no Estado de Chueco es tener en prisión a una exfuncionaria por un delito que no amerita prisión preventiva como ocurre desde hace más de dos años con Rosario Robles ? La forma de detenerla y mantenerla en Santa Martha Acatitla demuestra el terrible Estado de Chueco en México.

¿Qué si no Estado de Chueco es tener en prisión a una señora por las rencillas personales del Fiscal General de la nación? Cuando la familia Cuevas Castillo comenzaba a ver la luz para que saliera de prisión su madre tras 13 meses de estar en Santa Martha Acatitla, de forma sospechosamente rápida y por una solicitud del fiscal Gertz Manero, la Suprema Corte de Justicia atrajo los amparos de las señoras Alejandra Cuevas y su madre Laura Morán. Este amparo lo habían ganado en primera instancia contra la orden de aprehensión y el auto de formal prisión que enfrentan y mantiene, como decimos líneas arriba, a la primera en prisión y a la segunda, de 94 años, escondida para evitar ser detenida también.

¿Qué si no Estado de Chueco es que los hermanos del presidente, Pío y Martín, aparezcan en videos recibiendo fajos de billetes y a ellos no se les toque ni con el pétalo de una investigación?

La lista de ejemplos de que vivimos en un Estado de Chueco es mucho más extensa de lo que aquí enumero. Ese es un poderoso motivo por el cual existe y se tolera la corrupción en México. Para que exista un verdadero combate a la corrupción no hace falta ir a dar discursos a la ONU, hace falta tener cero tolerancia contra lo que o contra quién quiera pisar el Estado de Derecho .

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