Estamos en un punto de inflexión en la violencia, declaró el flamante Secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo. Lo dijo mostrando una gráfica durante la conferencia mañanera que transcurría en Palacio Nacional, en la CDMX. Y al mismo tiempo en La Aguililla, Michoacán, gritaban policías estatales desesperados: “¡K-8! ¡K-8! ¡Nos atacan!

El saldo de la mañanera de Palacio Nacional fue de complacencia. El de Michoacán de 13 policías muertos y nueve heridos en la emboscada. Además quedaron unidades policiacas calcinadas y en los parabrisas se podía leer “A todos los policías que apoyen a los lacras se los cargará la ve…Att. CJNG”.

En Palacio Nacional se escucha un día sí y el otro también al Presidente decir que para combatir la inseguridad su gobierno dará abrazos, no balazos. En Michoacán y en gran parte del país la respuesta a esta ‘estrategia’ es la inversa: balazos, no abrazos. Y es que el país que describe el Presidente y sus invitados en las mañaneras de Palacio Nacional es muy distinto al México que vivimos el resto de los mortales.

Otro día más en Palacio Nacional. Ahora se reúne la primera plana de los empresarios gaseros. Sentados, un poco incómodos, aplauden al presidente López Obrador que habla de que la corrupción se está barriendo como las escaleras, de arriba para abajo, y que en su gobierno ya no hay tolerancia a la corrupción. Entre los sentados al lado de los empresarios está el Director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.

Terminada la conferencia matutina, Manuel Bartlett regresa a su despacho. Pasan las semanas y los señalamientos de corrupción y enriquecimiento ilícito en su contra siguen brillando por su ausencia.

Por su parte los empresarios que aplaudieron y prometieron que van a invertir, siguen ideando estrategias para que su dinero esté a salvo. No quieren ni hablar en fuerte, ni escuchar en público sobre el panorama que vive el país. Quizás la idea es que si no se habla de los errores del gobierno, éstos no tendrán efecto. Una estrategia parecida a la que implementó el gobierno de Peña Nieto para ‘combatir’ la inseguridad: no hablemos del tema y así la seguridad quedará resuelta.

Estamos ante una emergencia en materia de seguridad que sin duda heredó el presidente López Obrador. A esa emergencia se le suma un panorama muy negativo en materia económica. Este cuadro no augura más que un círculo vicioso: si la economía empeora, la seguridad lo hará también. Pero en Palacio Nacional dirán que, a pesar de la terrible herencia del pasado, todo mejora. Es la Cuarta Transformación.

Apostilla: Hoy Javier Bonilla ofrecerá una conferencia de prensa a las 11:45 de la mañana. Ayer el presidente López Obrador le envió un mensaje muy claro en su conferencia mañanera: que la Ley Bonilla con la que pretende ampliar su mandato de 2 a 5 años es una pena y que el expediente perdido para poder publicar el cambio debe de ser hallado. El documento apareció ¡oh sorpresa! unas horas después.

La Ley es claramente una regresión democrática que inyecta incertidumbre. Se presta a pensar no solo en un experimento federal de ampliación del mandato, también en otros estatales en donde los congresos podrían decidir lo opuesto, reducir mandatos. Y poner la esperanza en la Suprema Corte tampoco es la respuesta. ¿Por qué habrá de definir un resultado electoral la SCJN cuando los ciudadanos ya hicieron lo propio en las urnas?

Pregunta para Jaime Bonilla: Si uno de sus argumentos para ampliar el mandato de dos a cinco años ha sido que es muy caro organizar elecciones tan seguido, ¿por qué no importó el costo de organizar una consulta tan solo cuatro meses después de las elecciones?

@AnaPOrdorica

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