Hace no mucho hacía la misma pregunta. Aquella ocasión porque no se le mencionaba entre los suspirantes a la candidatura presidencial morenista. Ahora, porque lo traen a trapazos.

De ser todo poderoso en y desde el Senado de la República ahora el presidente López Obrador no lo pela y le impone al secretario de Gobernación como interlocutor.

El ejemplo más reciente fue hace unos días cuando Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, se reunió con los coordinadores parlamentarios para entregar el Informe de Labores de la Guardia Nacional y, de paso, les adelantó que en los próximos días se les enviará la iniciativa de Reforma Constitucional para que la Guardia se incorpore formalmente a la Defensa Nacional.

La señal fue clara. Lo están presionando para que saque adelante la Reforma Eléctrica y ahora también la de la Guardia Nacional.

Se sabía que aprobar la Eléctrica es la condición para que siga al frente de los senadores de Morena, tras el motín senatorial de la semana pasada, en que 31 de 61 desconocieron su autoridad y advirtieron que no apoyarían a la Comisión Especial que impulsó el propio Monreal para investigar los abusos que comete el gobernador de Veracruz, tras la detención de José Manuel del Río Virgen, su cercanísimo colaborador.

Monreal venía apostando a que no transitara esa Reforma en la Cámara de Diputados para que él no cargara con la responsabilidad de que tampoco se aprobara en el Senado.

Ahora, tendría que lograr que se aprueben dos iniciativas para no caer, todavía más, de la gracia presidencial.

No se ve fácil. Para que se apruebe la iniciativa de la Guardia Nacional se requiere de mayoría calificada, lo que se ve imposible pues que la Guardia Nacional no tuviera un mando militar fue la condición que el bloque opositor le puso a Monreal para que se aprobara su creación al inicio del sexenio.

Sin embargo, si Monreal quiere seguir siendo coordinador, está obligado a sacarla adelante.

De hecho, ya advirtió que en este momento no hay condiciones en el Senado para recibir y aprobar como Cámara de origen esa reforma: “no estoy obligado a lo imposible”.

Inclusive, habría revirado reprochando: “ustedes me quitaron la mitad de mi fuerza para negociar con la oposición cuando el fin de semana me desacreditaron públicamente en la interlocución y la falta de respeto a los compromisos en las negociaciones. Me los echaron a andar, así es imposible”

También habría recriminado que se haya mandado el mensaje de que ahora no solo se negocia con él sino que es necesario ir a Gobernación, donde se le puede avalar o retirar el respaldo en sus ofrecimientos porque hay intención de relevarlo en la coordinación de la bancada mayoritaria.

Le preguntaron: “si hoy no hay condiciones para que salga en el Senado, ¿cuándo las habrá?” A lo que habría respondido que hasta el siguiente periodo ordinario, en septiembre.

Monreal intentaría ganar tiempo para que lo sigan necesitando en esa posición y no lo sustituyan.

Cabe recordar que en el Senado la reforma constitucional para crear la Guardia Nacional salió por unanimidad, luego de que Morena cedió precisamente en que no fuera encabezada por un mando militar.

De aprobar la nueva iniciativa, implicaría que los 128 senadores recularan apenas tres años después de que la avalaron, en febrero de 2019.

Monitor republicano

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