El miércoles, en su primera plana, el periódico The New York Times publicó “Acusaciones de violación dividen al partido gobernante en México”.

Se trata de un buen artículo donde se expone que “el Presidente de México ha apoyado a un candidato acusado de agresión sexual, lo que pone a prueba sus promesas de justicia e igualdad para todos”, escrito por las periodistas María Abi-Habib y Natalie Kitroeff.

Sin rodeos, describe que “el respaldo del presidente a (Félix) Salgado está creando importantes grietas dentro del partido gobernante, lo que supone un potencial desafío para la popularidad de López Obrador, (…) a sus aliados les preocupa que pueda estar pasando por alto un momento de transformación que está dando forma a la política y la sociedad de México: un creciente movimiento feminista que exige una respuesta seria del gobierno a la violencia generalizada contra las mujeres”.

En la conferencia mañanera del jueves, el Presidente, aparentemente molesto, reviró:

“¿Por qué no vienen aquí o recopilan lo dicho sobre este caso aquí? (María es la jefa de la oficina de México, Centroamérica y el Caribe y Natalie es la corresponsal del área) ¿No sabrán en el New York Times que Félix hace dos años y medio fue electo senador de Guerrero y que es exactamente ahora que está participando, buscando ser candidato, cuando surge todo este escándalo? ¿Qué no saben los del New York Times que el acusador principal de Félix es el exprocurador de Guerrero, del gobierno del PRI? O sea, no investigan, calumnian”.

Al presidente López Obrador le pareció un exceso que algo así se publicara en primera plana. Lo que no le gusta lo desacredita. Eso no tiene remedio.

Lo que debería tomar más en serio y abordar de manera distinta es la inconformidad femenina. No es una ocurrencia y no es algo menor.

Se trata de un movimiento que cada vez se radicaliza más y se expresa con mayor desesperación, irritación e intolerancia, sobre todo porque no se siente atendido. No en balde sucede en un país tan machista como México.

El Presidente se dice humanista. No se asume feminista porque quizás le parezca una moda importada, porque algunas de las que protestan, dice, son legisladoras panistas y eso se acerca más al conservadurismo y a quienes añoran a los regímenes de corrupción.

Este lunes se celebra el Día Internacional de la Mujer, en conmemoración de las obreras reprimidas (1857) y muertas quemadas (1908) en una fábrica de Nueva York, que exigían mejores condiciones laborales.

En todo el mundo habrá marchas y protestas. México no será la excepción. Ya veremos la reacción femenina al desdén presidencial.

Lo de Félix Salgado Macedonio también es un caso perdido. Único candidato de Morena registrado y sin prosperar las fintas de que el partido corregiría, iniciará en ausencia su campaña. Como ya comenté aquí, le resultará un infierno. Las mujeres mancilladas y burladas por él no lo dejarán en paz. A quienes haya maiceado, le aplaudirán y pelearán con las que protesten. Ojalá que no pase a mayores y que los guerrerenses voten con dignidad. Si no lo hacen merecerán a un gobernador acusado de ser un violador de mujeres.

Y pasará a la historia como el buey, al que su cuate el presidente, tuvo que sacar de la barranca.

Monitor republicano

El Presidente que asegura que no miente y no traiciona lo dijo con toda claridad: “Tiene que haber una sacudida mundial en el manejo de medios (de comunicación)”.

¿Qué intentará hacer en México? ¿Cómo y cuándo? Por qué es lo de menos.

anarciae@gmail.com

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