Hace unos días, platiqué con una persona que trabaja en un club de la Liga MX . La conversación estuvo orientada a lo aburrido que ha sido el torneo. ¿Quién con una mano en el corazón puede asegurar que ha habido cinco partidos buenos? Nadie. La verdad, yo esperaba que al ser mi interlocutor parte del “sistema” iba a defenderlo a capa y espada.
Para mi sorpresa (y por eso no revelaré el nombre de este individuo), estaba totalmente de acuerdo. Es más, mientras yo era muy cuidadoso con mis palabras, él fue directo al hueso. “Ha sido una mier...”, fueron sus palabras. Al ver que estábamos siendo honestos, yo le argumenté que qué esperaban si cada vez contrataban peores futbolistas. ¿Quién puede negar que la Liga está llena de extranjeros de medio pelo para abajo? Nadie.
Para mi sorpresa (ya van dos), me lo aceptó. Ambos estuvimos de acuerdo en que sería mejor cambiar calidad por cantidad. Pero (siempre hay un pero), mi contraparte en la charla agregó un factor que para él es fundamental: El cansancio de los jugadores. Palabras más, palabras menos, me dijo que los mejores de cada equipo se arrastran en la cancha por la acumulación de kilómetros en las piernas.
Para su sorpresa, estuve de acuerdo. No caí en el tan gastado argumento de “les pagan por jugar, que no se quejen”. Simplemente, le di la razón y lo dejé hablar. La cimentación del argumento fue muy clara: Los seleccionados no pararon en verano y se integraron con sus equipos, prácticamente, sin descansar. A eso hay que sumar las Fechas FIFA, los torneos internacionales oficiales y los amistosos como las Leagues Cup, y cuando para la Liga por la actividad de selecciones, se viaja a Estados Unidos a jugar amistosos.
Y es verdad, son demasiados partidos y viajes. Así, por una cuestión natural, es imposible alcanzar un rendimiento óptimo. Y, por ende, es totalmente normal que el espectáculo sea tan pobre. Por supuesto, sin dinero el futbol profesional no existiría, pero están matando a la “gallina de los huevos de oro”.
Con los niveles mostrados será muy difícil enganchar a clientes nuevos, aquellos que son niños hoy, pero que en unos años serán los que decidirán gastar su dinero en otra cosa. Quizá haga falta una visión menos cortoplacista y dejar pasar algunos negocios hoy, para que haya negocio más adelante.
Adendum
. Knut se puso una guarapeta del terror durante el Clásico y, mientras transitaba una cruda épica, me escribió lo siguiente: ¿Para qué gastaron tanto en el VAR ?
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