Es ahora o nunca. Es el momento de relanzar su carrera y, sobre todo, demostrar que tiene la capacidad suficiente para ser uno de los cinco mejores futbolistas de la . Tiene 32 años de edad; es decir, aún se encuentra en el periodo de plenitud, históricamente considerado entre las 28 y las 32 primaveras, aunque —con los avances de la ciencia y la preparación— en muchos casos ese rango se puede estirar algunos años más.

Jonathan dos Santos no puede dejar pasar el tren. El menor de la dinastía tiene que hacer hasta lo imposible por volver a ser. Por un lado, el Mundial se tiene que convertir en esa zanahoria que perseguir. Fue considerado por Gerardo Martino, por lo cual aún podría subirse al barco para disputar su segundo y, seguramente, último Mundial.

Por otro lado, Jonathan debe evitar repetir la historia de su hermano. El ‘6’ americanista se debe ver reflejado en lo sucedido con Giovani, quien llegó a Coapa para ser una de las estrellas del futbol mexicano y hoy se encuentra sin equipo, y todo parece indicar que en México se quedó sin oportunidades. El semestre pasado fue el de “adaptación” y, con una pretemporada encima, ya no debe haber pretextos.

El volante surgido en el Barcelona arrancó el campeonato como titular, lo cual —sin duda— es una buena señal. Está en él retomar su nivel y mostrar su verdadero potencial. Dos Santos tiene una inteligencia futbolística por encima del promedio en nuestra Liga, su precisión en pases también supera a la media y, por encima de todo, es un jugador con una visión de campo que lo puede convertir en el dueño de la media cancha americanista.

Habrá quien piense que en el Barcelona fracasó, pero la realidad es que encontrar un hueco entre Sergio Busquets (el mejor del mundo en ese momento en la posición de Jonathan), Xavi e Iniesta era imposible. Pero en el Villarreal vimos a un futbolista de alto nivel. Tirado hacia la derecha se afianzó y mostró todo su repertorio. Después, ya sea por dinero (cosa que nadie puede juzgar, porque el señor es profesional y todos queremos más... No se hagan los santos) o por jugar con su hermano, decidió ir al Galaxy de Los Ángeles.

En Estados Unidos cumplió, pero decidió jugar en su país enfundado en la camiseta que ama. Con el América ha quedado a deber, pero aún hay tiempo de ver a ese Dos Santos del Submarino Amarillo. Es gloria o mier... para él. Desde el sábado, es un constante todo o nada para Jonathan dos Santos.

Adendum. Knut no está contento con Cruz Azul, no entiende por qué no ataja José de Jesús Corona.

futbol@eluniversal.com.mx

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