Imaginen el siguiente escenario:

Tras meses de confinamiento, usted por fin decidió ir a un restaurante. Por supuesto, eligió el local al que ha asistido toda la vida. Ahora, imagine que esa suculenta crema de frijol (que lleva meses añorando) llega y está aguada. Bueno, fallas tiene cualquiera. Pero llegan las enchiladas suizas y también son una decepción. Evidentemente, lo siguiente es llamar a Miguelito (su mesero de confianza desde los tiempos de Ernesto Zedillo), para averiguar qué pasó.

Para su sorpresa, Miguelito (entre apenado y triste) le explica que las finanzas del restaurante se vieron muy afectadas por la pandemia y que por eso la crema de frijol se prepara con más agua que leche y que los ingredientes para hacer el resto de los platillos ya no son de la misma calidad. Hubo que recortar gastos y se determinó comprar insumos de tercera categoría.Usted, como cliente, ¿qué hace?, ¿entiende la situación o no vuelve?

Algo así pasa con la Liga MX.

El repechaje es una medida para intentar sanear la situación financiera de los clubes. Y habría que ser muy necio para no entender que es fundamental que los equipos de la Liga tengan economías sanas. Sin dinero no hay Liga, así de fácil. Pero, y si nos ponemos en el lugar del cliente. ¿Creen que le interesa cómo están los libros de contabilidad de su equipo?, ¿alguna vez vieron a alguien celebrar un balance positivo?

ENTÉRATE:

Tres de los cuatro encuentros de repechaje fueron malos. Desde mi punto de vista, el único bueno fue el León vs Toluca.

Si ni siquiera duelos a eliminación directa —a un solo partido— generan emoción, algo está muy mal. Quizá haya otro camino para tratar de paliar las pérdidas económicas que el coronavirus le provocó a la industria del futbol.

Tal vez, si no se pagaran sueldos estratosféricos —que no corresponden con la calidad del espectáculo— o si no se contrataran futbolistas de calidad más que dudosa, los números de algunos clubes tendrían tonos más oscuros que los actuales. ¿No sería mejor invertir en cuatro extranjeros buenos en serio, en lugar de gastar en 10 de medio pelo para abajo?

En una de esas, de ese modo, no habría que preparar más platillos de baja calidad, y el cliente se sentaría para disfrutar una comida bien sazonada de dos tiempos, y no una comida de cuatro tiempos insípida, y que lo único que provoca es llenarse hasta el empacho.

Adendum. Knut

anda muy sobrado. Después de ver el repechaje, me llamó (tontamente, contesté la llamada) y me dijo: “Viendo esto, a mi Máquina no hay quien le haga sombra”. Y el muy mamila colgó.

futbol@eluniversal.com.mx

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