Caso raro el de España . Digno de análisis y estudio. Allá, los partidos no duran 90 minutos y donde menos se juega es en la cancha. Tal vez sea una consecuencia del confinamiento, pero lo más probable es que siempre haya sido así y ahora se note un poco más. La Liga se disputa más desde las redes sociales, las salas de conferencias y las redacciones deportivas, que en el terreno de juego.

Y, como en esta época todo es blanco o negro (por alguna razón desconocida para su servidor, todos los tonos grises han desaparecido de cualquier conversación), la pelea es encarnizada. Desde Cataluña gritan a todo pulmón que el Real Madrid está donde está gracias a los árbitros y nada más. El equipo de Zidane no tiene ningún mérito. Por supuesto, de mea culpa no se habla, ni por error, en la Ciudad Condal.

El VAR es el villano escogido por los blaugrana y, ni siquiera, los fríos números pueden acabar con este pleito. Ya emberrinchados, nada vale. Porque diversos ejercicios muestran que, si no existiera el videoarbitraje, los Merengues tendrían los mismos 77 puntos y el Barcelona se mantendría a cuatro unidades de distancia.

Pocas cosas son tan dolorosas como realizar un examen de conciencia y reconocer nuestros errores. Porque, desde que volvió el futbol en España, el cuadro de Setién empató tres de siete partidos. Seis puntos perdidos, cuando al regreso a la actividad tenían dos de ventaja sobre el Real Madrid . El paso perfecto de los de Zidane no habría servido de nada si Messi y compañía hubieran cumplido con las expectativas. La Liga estaba en sus manos.

Por supuesto, en esta trama no podía faltar el toque telenovelesco. Ante los malos resultados, de inmediato se señala a Messi como el villano (práctica común en Argentina y que empieza a ser normal en Cataluña). Todo es producto de la pésima relación de Leo y sus compañeros con el cuerpo técnico. Lo mismo se decía en la época Valverde .

Y, quizá peque de ingenuo, pero me niego a creer que animales competitivos de ese calibre se tiren a la hamaca porque un señor les cae mal. Otro clásico en las “crisis” catalanas: Messi está harto y planea dejar al equipo. Esto, a pesar de que el argentino ha declarado hasta el cansancio que su idea es retirarse en el club.

Pero, claro, ahogar al mundo entre quejas, chismes y teorías de la conspiración es más fácil que aceptar que el mejor Barcelona está muerto y no volverá. Sin Xavi e Iniesta, es imposible desarrollar el juego que nos enamoró a todos. Los bandazos de los dirigentes se pierden en ese bosque mediático.

Adendum. Knut

ya se “mexicanizó”. Ahora se queja de que los equipos pongan chavos en la Copa por México . Hace semanas, clamaba por la falta de oportunidades al talento nacional. No cabe duda de que lo malo es lo primero que se pega.

futbol@eluniversal.com.mx

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