Todos —en algún momento de nuestra adolescencia—, escuchamos —palabras más, palabras menos— un lapidario “mientras vivas bajo mi techo, respetas mis reglas. Cuando te mudes, podrás hacer lo que se te dé la gana”. Y en el momento, a todos nos volvió locos que nos lo dijeran. Pero la realidad es que no se puede vivir haciendo lo que a cada quien se le ocurra.

Esa sentencia no solamente funciona en la casa, en las escuelas también se estipulan normas de conducta que hay que seguir (por más que nos parezcan absolutamente absurdas). Y en la vida laboral es lo mismo. Por más que a uno le guste hacer ciertas cosas a su manera, siempre habrá que ceñirse a lo establecido por el jefe en turno.

Para acabar pronto, ni los millonarios más millonarios del planeta pueden hacer lo que les venga en gana. Ni todo el dinero del mundo les permite vivir fuera de la ley.

Y en el futbol es lo mismo. Este domingo, Gennaro Gattuso alabó la velocidad de Hirving Lozano , pero —a gusto de su servidor— eso no fue ni de cerca lo más importante que dijo al referirse al mexicano. La declaración más importante fue cuando aseguró que el Chucky “está entrenando como me gusta”. El exmediocampista le marcó la cancha a su jugador y le dejó más que claro quién manda.

Hace un par de semanas, lo mandó de regreso al vestuario por no entrenar con suficiente intensidad y, al día siguiente, lo confirmó ante los medios de comunicación. Lozano entendió el mensaje y el acicate funcionó.

Todo parece indicar que, en lugar de tirarse a la hamaca porque “el técnico no me quiere”, Hirving tomó de manera positiva el golpe a su orgullo y decidió demostrarle a su entrenador que él puede cumplir con lo que se le solicita.

Lozano

entendió que el jefe es Gattuso y que, para jugar, tiene que adecuarse a las solicitudes del entrenador (por más que le parezcan un atentado contra su estilo en el campo).

Hirving

decidió dificultarle la vida a su técnico y no caer en el pusilánime “es que la trae contra mí” (ningún entrenador es tan estúpido como para ‘darse un balazo en el pie’ y no poner a un jugador sólo por capricho).

El Chucky se creció ante el castigo y el gran beneficiado, a la larga, será él. Y es que hacerle caso a Gattuso (aunque a muchos les parezca una locura que le pida sacrificio) lo convertirá en un jugador más versátil y completo. Y eso, en el mercado europeo, jamás sobra.

Adendum. Knut

sigue sin entender por qué no ha habido comunicación oficial por parte del América con respecto al asunto de Renato Ibarra .

futbol@eluniversal.com.mx

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