Es difícil asegurarlo, pero —quizá— era uno de los personajes menos queridos del planeta futbol. Si se le pudiera comparar con un club, podríamos decir que él es el América del balompié mundial: O lo amas o lo odias. Sus capacidades futbolísticas nunca estuvieron en duda (aunque no faltará el necio que lo considera malísimo), pero algunas de sus actitudes provocan que eso, que es lo verdaderamente importante, quede de lado.

Es un ejemplo más de cómo los seres humanos juzgamos a los demás sin tener argumentos sólidos para hacerlo. Porque difícilmente se escuchará a alguno de sus detractores destrozarlo por lo que hace en la cancha. Es un profesional a rajatabla; entonces, entrarle por ahí es imposible. Y es por eso que se le odia. Directamente, por mamón.

“Por ser rico, por ser guapo y por ser un gran jugador, las personas tienen envidia de mí. No tiene otra explicación”, dijo hace algunos años Cristiano Ronaldo. Y, aunque tiene toda la razón, justo esa frase no contribuyó para nada a su causa. Al contrario, esas palabras sirvieron para que sus detractores confirmaran que el portugués es insoportable y no es digno de admirar.

Ni cinco Champions Leagues y cinco Balones de Oro (mencionar todos sus títulos y distinciones acabaría con los caracteres permitidos a esta humilde columna) lograron convencer a sus críticos. Pero, paradojas del destino, justo lo que hace fuera del terreno de juego ha provocado un cambio en muchos de los anti CR7.

Gambetear rivales, realizar saltos descomunales o meter goles de antología no es lo único que sabe hacer Cristiano Ronaldo. El lusitano tiene en su trayectoria partidos memorables, pero ninguno como el que ha dado a lo largo de la pandemia que azota al mundo. El atacante de la Juventus ha realizado diversas donaciones para ayudar a los afectados por el Covid-19 y, con esto, ha logrado que muchos de los que lo odiaban, hoy —por lo menos— ya no se expresen mal de él.

Cosas raras de la vida: Mientras lo podíamos ver jugar, se le destrozaba por sus actitudes fuera de la cancha. Hoy, no lo podemos ver desempeñarse en una cancha y, justamente, sus actitudes lo están reivindicando ante aquellos que nunca le pudieron reconocer ni la impactante chilena contra la Juventus en 2018.

Algo está mal si al futbolista se le juzga más por cómo se viste o se ve que por lo que hace dentro de un campo de juego, pero al menos esta vez se está siendo justo con Cristiano Ronaldo y se le está midiendo con la misma vara.

Adendum. Knut está enloqueciendo con el aislamiento. Ya pintó de verde el piso de su sala y en las paredes está dibujando las tribunas de un estadio. Le urge que vuelva el futbol.

futbol@eluniversal.com.mx

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