La cosa está rara.

No es que me preocupe, pero es una situación que me llama mucho la atención. Por más que hago memoria, no recuerdo un momento similar. Quizá, sobre todo en otras partes del mundo, a estas alturas del año estén totalmente acostumbrados a esto. Pero aquí, no. No es lo normal o, mejor dicho, lo común. Porque tampoco es que aquí podamos etiquetar como normal a lo que pasa aquí.

Eso era cosa de los europeos y sus torneos a puntos, con diferencias presupuestales abismales entre los humildes y los ricachones. Aquí, por supuesto, siempre hubo equipos con distintas realidades monetarias, pero nuestro “bendito” sistema de competencia provocaba que —a estas alturas del año— siempre hubiera, al menos, cuatro o cinco conjuntos con aspiraciones reales.

Hoy, el campeonato mexicano es cosa de dos. Más allá de que la Liguilla es otro tor... Bla, bla, bla y más bla, al observar lo que sucede en la cancha, no hay ningún equipo que le haga mosca al Cruz Azul y al América . Y eso es decepcionante, porque —a estas alturas de cada semestre— todos nos relamíamos los bigotes ante la cercanía de la fase final de nuestro futbol.

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Pero no, actualmente se ve tan cantada la hipotética final entre cementeros y americanistas, que ni la Liguilla motiva. Imagino que es la misma sensación que año con año viven los aficionados en Inglaterra, Alemania, España e Italia, en los últimos meses de competición. Aunque, como dije al principio: La cosa está rara.

En España, la recta final de la Liga está de rechupete con el A tlético, el Real Madrid y el Barcelona, en una carrera parejera por el título. En Francia, lo mismo: El Lille le lleva tres unidades al PSG, mientras que el Mónaco y el Lyon también están metidos en la pelea. En Alemania, el Bayern y el Leipzig lucharán hasta el final. Inglaterra e Italia sí parecen definidas. Pero tres de las cinco Ligas grandes del viejo continente prometen cierres de infarto.

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Aquí, todo parece indicar que tendremos un cierre sin chiste. La pelea por no descender no genera morbo, porque nadie descenderá; la lucha por los puestos de repechaje y Liguilla directa no motivan a nadie, porque Cruz Azul y América no tienen quién les plante cara. Quizá, lo único que nos queda por disfrutar —entre hoy y esa hipotética final— es justamente el clásico de este sábado entre el América y el Cruz Azul . La Liga es de dos y eso, créanme, no es nada bueno.

Adendum. Knut

y yo prometimos no hablar en semana de clásico, pero me mandó este mensaje: “Sé que esto rompe promesa, pero explica qué pasa con Macías”. No le respondí, y no por cumplir la promesa, sino porque es inexplicable.

futbol@eluniversal.com.mx

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