Fiel a su espejo diario, el presidente alardea que se acabó el dedazo; que no hay más “tapados” ni cargada: “Yo no voy a designar a mi sucesor, dice, va a ser el pueblo y no voy a designar tampoco al candidato de mi partido”.

Sin embargo, está en marcha un proceso que reproduce y acentúa las viejas formas. El presidente convirtió a los aspirantes en simples corcholatas, un símil vulgar y desafortunado en el que él resulta el destapador.

Hablar de “tapados” sugería la posibilidad de que fuera un acertijo descubrir al “bueno”, porque no hubiera llegado a la candidatura quien aparecía como el delantero. Así ocurrió varias veces: Ruiz Cortines se impuso sobre Casas Alemán o López Mateos sobre políticos más curtidos como Flores Muñoz.

Cada presidente procuró introducirle alguna singularidad al método. Echeverría le ordenó a su secretario de Recursos Hidráulicos que mencionara los nombres de quienes tenían la posibilidad de alcanzar la candidatura: Moya Palencia, Cervantes del Río, Muñoz Ledo, Gómez Villanueva, López Portillo y Gálvez Betancourt. Miguel de la Madrid lo innovó con la comparecencia “de los seis distinguidos priistas”: Ramón Aguirre, Manuel Bartlett, Alfredo Del Mazo, Sergio García Ramírez, Miguel González Avelar y Carlos Salinas de Gortari. Hoy, los “destapados” de Morena son cuatro: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. ¿Muy original?

Nada es nuevo, ni siquiera la cargada, ahora mismo, siete gobernadores y una secretaria de Estado, Rocío Nahle, han anunciado su respaldo a Sheinbaum y miles de miembros de la clase gobernante aguardan que se oficialice el nombre para volcarse en estampida.

Porque así lo quiso el presidente, Morena incluyó entre los métodos para elegir a sus candidatos a la encuesta y López Obrador llega al colmo de dictar las preguntas que deberá incluir: ¿Conoces a fulano, zutano, perengano…? ¿Qué opinión tienes de él o ella? ¿Está cercano al pueblo? ¿Es honesto y honrado? ¿Te gustaría que fuera candidato (a)?

Otra farsa es la que han diseñado para ocultar los ilegales actos anticipados de campaña: el escogido es nombrado coordinador de los comités de defensa de la 4T. Meses de proselitismo electoral, de actos de precampaña en total impunidad.

Si don Adolfo Ruiz Cortines dijo que correspondía al presidente de la República “la grave responsabilidad de interpretar lo que quiere y necesita el pueblo de México”, ahora resulta a la inversa: que corresponde al pueblo de México la grave responsabilidad de interpretar lo que quiere y necesita el Jefe Máximo.

Por si quedara alguna duda sobre el carácter transexenal de quien dice que al término de su mandato se retirará de la política, está el arreglo que propuso a los aspirantes. Si gana, la predilecta se quedará con la candidatura presidencial, el siguiente en el liderazgo en el Senado, el tercero el de la Cámara de Diputados y otro más como integrante del gabinete.

“La jugada maestra del presidente” no es sino la declaración cínica de que, una vez concluido su mandato, no dejará de mangonear al que supuestamente gobierne.

POSDATA. Hay otros tres requisitos que incluye un anexo confidencial: 1) no haber militado en el PRI; 2) ser fundadora de Morena, y 3) usar “cola de caballo”.

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