México se ha quedado atrás en la carrera por la innovación científica y tecnológica, que en las últimas décadas se ha convertido en la plataforma de impulso para que países como Alemania y Corea del Sur alcancen mejores niveles de desarrollo y bienestar.

Frente a países como Israel, que invierte el 4.2% de su PIB al desarrollo de nuevas tecnologías, nuestro país destina menos del 0.5%, muy por debajo del promedio de los países de la OCDE (2.4%). En consecuencia, no estamos aprovechando las ventajas productivas aparejadas a la inversión en tecnologías como la robótica y la inteligencia artificial.

La comunidad especializada ha mostrado preocupación ante la ausencia de políticas que faciliten e incentiven, desde la educación temprana, el interés por la ciencia y la tecnología entre la población mexicana.

La política de austeridad de la administración federal es la principal razón por la que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) recibió un recorte del 8% de su presupuesto en 2019.

Se trata de 1,261 millones que la institución no va a recibir y que, de acuerdo con especialistas, equivale a un retroceso presupuestal de 10 años y de una brecha de muchos más a las mejoras tecnológicas.

Este año, los fondos del Programa de Estímulos a la Innovación Tecnológica para Incrementar la Productividad de las Empresas se redujo de 1,700 millones de pesos a 256 millones de pesos.

El país enfrenta una innegable falta de tecnologías que ha llevado a que la industria mexicana sea dependiente de la importación de maquinaria y equipo. Hoy, México es el país de América Latina que más importa tecnología robótica e inteligencia artificial, el quinto mayor importador del mundo.

En automatización industrial, la calificación de México es de las más bajas. De acuerdo con la empresa tecnológica ABB, México ocupa el lugar 23 de 25 del Índice de preparación para la Automatización debido a la dependencia de tecnología del extranjero y a la vulnerabilidad por los procesos de automatización en sectores como alimentos y bebidas.

Cada día hay una distancia mayor entre México y los países que sí apuestan por la innovación científica y tecnológica. Esta distancia se traduce en una menor competitividad comercial y en la incapacidad de ofrecer nuevas oportunidades y bienestar a los mexicanos.

Desde el PRI, seguiremos impulsando iniciativas para apoyar a las y los mexicanos dedicados a la ciencia y la tecnología. Buscaremos que se logre una política integral en materia laboral y educativa para que más personas puedan desarrollar su potencial y se beneficien de un México moderno, tecnológico y de vanguardia.

Será una tarea prioritaria de nuestros legisladores la defensa de la comunidad científica y tecnológica para que se refleje en el presupuesto en el menor plazo posible. Mucho dependerá de ello el futuro de México.


Presidente del CEN del PRI

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