En la mañanera del lunes, a una pregunta sobre la posibilidad de crear una fiscalía especializada en materia de feminicidios, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió lo siguiente: “¿Para qué queremos fiscalía si todos los días estamos trabajando para garantizar la paz y la tranquilidad?”

Sobre esto, van algunos comentarios:

1. No dudo que en el gobierno trabajen todos los días para garantizar la paz y la tranquilidad. Pero la pregunta es si ese trabajo está rindiendo los frutos deseados, si hay eficacia en la acción de las autoridades. En este terreno, cuentan los resultados, no las intenciones.

2. Existe en la FGR una Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas. Pero esta atiende una gama amplia de delitos vinculados a la violencia de género y no solo el feminicidio. Múltiples estados cuentan con instituciones análogas en sus fiscalías o procuradurías. En cambio, algunas entidades federativas (por ejemplo, CDMX o Veracruz) han empezado a construir fiscalías especializadas en el delito de feminicidio.

3. ¿El resto del país debería de caminar en la dirección de la Ciudad de México y crear fiscalías especializadas en materia de feminicidio? Es posible, pero creo que la respuesta a esa pregunta no es obvia. Existen argumentos válidos en contra de la proliferación de fiscalías especializadas: a) se multiplican los cotos burocráticos y se puede dificultar la colaboración dentro la institución, b) las fiscalías especializadas tienden a canibalizarse entre sí y a competir por recursos escasos (peritos, agentes del MP, policías, etc.), c) se distrae presupuesto y capital político del fortalecimiento de áreas transversales (servicios periciales, policía ministerial, etc.), y d) la creación de fiscalías especializadas no ha supuesto hasta ahora una mejoría notable en la investigación de delitos específicos (por ejemplo, desaparición de personas).

4. Sin embargo, hay también argumentos razonables en dirección contraria: a) la investigación de delitos complejos (como el feminicidio) requiere un alto grado de especialización, b) para ser eficaz, la política criminal necesita foco y prioridades, y eso requiere tener un correlato en la estructura de la institución, c) la existencia de una fiscalía especializada le confiere peso político y burocrático a la persecución del delito en cuestión (el feminicidio, en este caso), y d) el fracaso de otras fiscalías especializadas se explica más por la escasez presupuestal que por un falla estructural del concepto.

5. En este tema, yo me inclino más por los argumentos a favor de la creación de una fiscalía especializada. Me parece que la crisis de los feminicidios es tan grave que se requiere una estructura singular para atenderla. Pero un hecho es claro: sin importar la forma institucional específica que se escoja, no va a ser posible resolver el problema si no hay un incremento sustancial de los recursos presupuestales disponibles. A nivel federal, se presupuestaron el año pasado 74 millones de pesos para la fiscalía especial, pero solo se ejercieron 57 millones. Para 2020, se presupuestaron 66 millones de pesos, pero es posible que vengan ajustes en el camino. En la CDMX, la fiscalía especializada nació sin presupuesto. Lo mismo vale para el caso de Veracruz. Así no se puede.

En resumen, creo que es necesario tener una discusión seria sobre la estructura institucional necesaria para atender el problema de los feminicidios. Pero es todavía más importante reconocer que, sin un esfuerzo presupuestal a la medida del reto, los cambios en el organigrama no van a servir de gran cosa. Esta crisis no se resuelve a precio de ganga.

alejandrohope@outlook.com. @ahope71

Google News

TEMAS RELACIONADOS