La semana pasada, William Burns, director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (la famosísima CIA) realizó una visita a México y tuvo reuniones con diversos funcionarios. Este hecho provocó un torrente de comentarios y especulaciones en los medios y las redes sociales ¿Fue una señal del gobierno de Estados Unidos? ¿Una advertencia previa a las elecciones? ¿Un manotazo de hastío? ¿Vino a preparar la visita de la vicepresidenta Kamala Harris?

La realidad es que nadie, salvo los directamente involucrados, conoce los motivos o la agenda de Burns en México, pero tengo la intuición de que este asunto no se ha leído muy bien:

1. No es inusual que un director de la CIA haga una parada en la Ciudad de México. Varios de los predecesores del señor Burns han pasado por aquí, lo mismo en momentos de tensión que en momentos de cercanía. El simple hecho de la visita no dice gran cosa sobre el estado que guarda la relación con Estados Unidos.

2. ¿Vino Burns a tratar temas de narcotráfico y crimen organizado, como se especuló en medios y redes sociales? Tal vez, pero dudo que ese haya sido el corazón de la agenda. La CIA cuenta con un centro antinarcóticos (CNC) y participa en algunas operaciones relacionadas, pero no es, dentro de la comunidad de inteligencia, el actor central en la materia. Ese rol lo lleva fundamentalmente la DEA, sobre todo fuera de Estados Unidos.

3. En su relación con México, la CIA tiene otros temas de interés. El terrorismo, por ejemplo, en específico el posible uso de territorio mexicano como plataforma para el lanzamiento de ataques en contra de blancos e intereses estadounidenses. Ese escenario de pesadilla no se ha materializado, pero nunca ha dejado de existir colaboración en la materia. Lo mismo vale para temas de no proliferación de armas de destrucción masiva (químicas, biológicas, bacteriológicas, nucleares, etc.).

4. Otro tema que cae en la cancha de la CIA en México es la presencia y operación de otras potencias en México. En particular, Rusia y China. Y, en esa materia, un asunto central para la CIA es la voluntad y capacidad del gobierno mexicano para colaborar en tareas de contrainteligencia. En encuentros entre el director general y altos funcionarios mexicanos, no se discuten por lo regular temas operativos, pero se allanan dificultades, se liman asperezas y se definen algunos objetivos conjuntos. Es posible que eso haya sucedido la semana pasada.

5. Dicho lo anterior, el tema central de la CIA (y de la mayor parte del aparato de inteligencia) en México no es el terrorismo ni las armas ni el narcotráfico ni la contrainteligencia: es el orden político mexicano y la capacidad de las instituciones mexicanas para mantener condiciones de estabilidad de este lado de la frontera. Ese tema está en el trasfondo de todos los análisis que hacen sobre México y todas las gestiones que realizan con autoridades mexicanas. Rara vez verbalizan el asunto frente a mexicanos y menos transmiten sus preocupaciones de manera directa.

6. En ese sentido, resulta altamente inusual que se publicitara la visita de Burns. Los viajes previos de directores de la CIA a México habían sido asuntos muy discretos. Si esto apareció en los medios, es porque alguien –tal vez aquí, pero más probablemente allá– quiso que se supiera ¿Los motivos precisos de esa filtración? No sé, pero, como mínimo, quisieron comunicar que traen el ojo puesto en México.

Las autoridades mexicanas no deberían de minimizar ese mensaje.

alejandrohope@outlook.com
Twitter: @ahope71

Google News

TEMAS RELACIONADOS