La semana pasada se anunció por todo lo alto la captura en Sinaloa de un hombre llamado José Guadalupe Tapia Quintero, supuestamente conocido como “El Lupe” o “El Lupe Tapia”.

Según lo reportado en los medios, este personaje estaría dedicado al negocio del narcotráfico . Y no como simple productor, comerciante o transportista. No, este hombre sería presuntamente un “operador de alto rango” de Ismael “El Mayo” Zambada , supuesto líder histórico del Cártel de Sinaloa.

Pero aquí cabe una pregunta: ¿qué es un “operador”? ¿A qué se dedica en concreto? ¿Compra y vende droga? ¿Se encarga de realizar pagos o hacer la cobranza? ¿Es responsable de los envíos y el transporte? ¿Lava dinero? ¿Compra activos? ¿Contrata personal? ¿Garantiza la seguridad del personal y las instalaciones? ¿Soborna funcionarios públicos? ¿Todo lo anterior?

Y si es “operador de alto rango”, ¿hace lo mismo que uno de rango medio o bajo? ¿La diferencia es simplemente de escala o es también cualitativa? ¿Y cómo alcanza uno ese “alto rango”? ¿Cuál es el umbral que hay que rebasar?

Ahora, esto se complica porque, según una nota aparecida en La Jornada, “El Lupe Tapia” sería no solo un “operador” a secas, sino también un “operador financiero”. Esto, según la misma nota, lo distinguiría de los “operadores logísticos”.

La distinción parece no ser muy clara, ya que otros medios como Latinus ubican al señor Tapia no como “operador financiero”, sino como “operador logístico”. Y se le ubica en esa categoría ya que, según la Sedena, sería “presunto principal productor de pastillas de fentanilo y metanfetamina, además de que presuntamente realiza el trasiego de cocaína a gran escala de centro y Sudamérica hacia Estados Unidos”.

Surgen entonces varias dudas: ¿El “operador financiero” se encarga del dinero, pero no de la droga? ¿Eso se le deja al “operador logístico”? Pero digamos que hay que pagar un cargamento de droga. ¿El que entrega el dinero y recibe la droga es “operador financiero” u “operador logístico”? ¿O tienen que ir dos siempre, el “logístico” y el “financiero”, uno para pagar y otro para llevarse la droga? ¿O se pueden tener los dos roles al mismo tiempo?

Ahora, además de “operador logístico” y “operador financiero”, es posible ser “operador criminal”. Ese apelativo parece englobar a las dos categorías previas —una persona así descrita detenida en diciembre fue acusada de “ilícitos de contra la salud en la modalidad de posesión con fines de comercio de fentanilo”, así como de “operaciones con recursos de procedencia ilícita”— pero incluye una tercera responsabilidad: ser “generador de violencia”. No asesino ni matón ni pistolero ni sicario: “generador de violencia”.

Es importante notar que habitualmente se distingue al “operador” del “capo”, ubicándose el segundo en un eslabón más alto de la cadena alimenticia del narcotráfico. Pero eso no siempre es cierto: según parece, hay “operadores” que son “capos” y “capos” que son “operadores”. El multimencionado “Lupe Tapia” es descrito en varios medios como “capo” (“importante” o “de peso”, por si fuera poco), pero igualmente mencionado en las mismas notas como “operador”.

Recapitulando, tenemos “operadores” a secas, “operadores logísticos”, “operadores financieros” y “operadores criminales”, todos los cuales pueden o no ser de “alto rango” y cargar o no con el título complementario de “generador de violencia”. Tenemos igualmente una combinación de “capos” y “operadores” que a veces (pero no siempre) llevan el mote de “lugartenientes”.

Hay tanta operación y tanto operador que casi se necesita calculadora.

alejandrohope@outlook.com 
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