El ritual se repite con cierta regularidad desde el inicio de la actual administración. En la madrugada de un lunes, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) publica el conteo diario de homicidios correspondiente al fin de semana previo.

Y resulta que, en uno de esos días, habitualmente el domingo, se acumularon más de 110 homicidios. Los medios ven la curva, ven la serie de datos y señalan que el día en cuestión fue la jornada más violenta del mes, el año o el sexenio.

Eso, en efecto, pasó este lunes. La SSPC reportó que se habían registrado 117 homicidios durante el transcurso del domingo 7 de junio (https://bit.ly/2UvwXHP) y prontamente la mayor de los medios proclamaron que habíamos vivido en plena cuarentena pandémica el día más violento del año.

¿Y cuál es el problema? ¿Es falsa o incorrecta la información? Pues no sabemos a ciencia cierta. Como ya ha explicado en varias ocasiones el Centro Nacional de Información (CNI), una institución adscrita al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se incluye una víctima en el conteo cuando se abre una carpeta de investigación. Eso puede suceder uno o varios días después del incidente en cuestión.

No es mala política: así se asegura que solo entre a la cuenta información oficial y no rumores. Además, una vez adoptada la regla, hay que mantenerla para garantizar cierta comparabilidad en la serie histórica.

Sin embargo, genera también dificultades serias. En primer lugar, siguiendo esos reportes, nunca es posible saber con precisión cuantas personas fueron asesinadas en un día específico. Una jornada que parece tranquila pudo haber sido inusualmente sangrienta. O viceversa.

Para el presidente y su equipo de seguridad, no es un problema trivial. El conteo diario es supuestamente un instrumento para ajustar, día a día, las prioridades de las fuerzas de seguridad ¿Cómo adecuar las estrategias si la información disponible es notoriamente incierta?

Por si fuera poco, esto genera una confusión monumental en los medios y la opinión pública, tal como se ha visto en estos días. En realidad, no sabemos si los 117 homicidios del domingo corresponden realmente al domingo. Es un poco como el problema que enfrentamos con los decesos por Covid-19: la fecha de ocurrencia no necesariamente es la fecha de registro.

Añádase una dificultad adicional en este caso: el conteo diario de homicidios que realiza la SSPC tiene un subregistro de aproximadamente 20% con respecto a los datos que publica mensualmente del SESNSP.

Dicho de otro modo, la serie de la SSPC es doblemente inadecuada: no cuenta todos los homicidios y no necesariamente los incluye en el día correcto.

¿Sabemos entonces cuando es el día más violento del mes, del año o de lo que va del sexenio? No. O al menos no hasta que aparezcan las cifras de Inegi en algo más de un año.

Pero, en realidad, es un dato que no importa mayormente. Nuestra condición desde hace un par de años es una sangrienta monotonía: diario tenemos 110 asesinatos, aproximadamente. Quítele o réstele algunos cuantos en el día a día, asuma que tal vez haya algo más en el verano que en el invierno, y parta del supuesto que los fines de semana son un poco peores en las jornadas laborales.

Fuera de eso, solo queda por esperar cada día lo que tenemos desde hace años: una persistente tragedia.

alejandrohope@outlook.com. @ahope71

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