El viernes pasado, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) dio a conocer las cifras de incidencia delictiva correspondientes al mes de noviembre. Con eso, se puede realizar ya una evaluación del primer año de la actual administración federal. Y como en todo, hay datos alentadores y otros no tanto:

1. En noviembre, se contabilizaron 2996 víctimas de homicidio doloso y feminicidio. Es el total mensual más alto desde agosto y es el cuarto más elevado del año. En promedio diario, se trató del tercer peor mes del año, detrás de febrero y julio. Asimismo, representa un incremento de 7.2% con respecto al mismo mes del año pasado.

2. En el periodo enero-noviembre de 2019, fueron asesinadas 32,604 personas, sumando víctimas de homicidio doloso y feminicidio. Añadiendo el total mensual de diciembre de 2018, se obtiene un acumulado de 35,596 víctimas durante el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Considerando que el conteo del SESNSP tiene tradicionalmente un subregistro de 7 a 10% en comparación con el de Inegi, se puede estimar que el número de personas asesinadas en los primeros doce meses del actual gobierno federal se ubicó entre 38,087 y 39,155. Eso implica una tasa de homicidio entre 30 y 31 por 100 mil habitantes.

3. ¿Cómo se compara esa cifra con periodos anteriores? En contraste con los doce meses previos a la toma de posesión, hay un incremento de 3.8% en el número de víctimas. Ese es sin duda el dato alentador que arrojan estas cifras: la tasa de expansión se desaceleró notablemente. En el último año del gobierno de Enrique Peña Nieto, el número de víctimas creció 18.2% en comparación con el año previo. No se trata de un punto de inflexión (para eso tendría que invertirse la tendencia), pero sí hay un cambio significativo en la pendiente. Y eso es buena noticia por donde se le vea: si se hubiera mantenido la misma tasa de crecimiento, hubiéramos tenido más de 40 mil víctimas de homicidio en estos doce meses.

4. No obstante, es necesario destacar, como ya lo he hecho en otras ocasiones, que la establización precede al inicio de la actual administración. Desde hace 20 meses, los totales mensuales de víctimas se han ubicado en torno a 2900. Han habido algunos meses particularmente malos (julio de 2018 o noviembre de 2019) y algunos relativamente buenos (abril u octubre de 2019), pero, en términos gruesos, la curva ha estado más o menos plana, con una ligera tendencia al alza, desde hace casi dos años. Eso no es buena noticia: un promedio diario de casi 100 víctimas de homicidio doloso y feminicidio no es algo que se deba presumir.

5. En el caso de los feminicidios, las cifras son más preocupantes, pero también siembran más dudas. En los primeros doce meses de la actual administración, se acumularon 1016 víctimas de feminicidio. Eso implica un crecimiento de 16.7% con respecto a los doce meses previos. Sin embargo, no está claro si eso refleja un incremento de la prevalencia del fenómeno o un cambio en los métodos de registro. No está de más recordar que menos de una tercera parte de los homicidios de mujeres se clasifican como feminicidios y que los procedimientos de clasificación son heterogéneos entre estados y entre periodos. En consecuencia, hay que tener cautela con los datos de feminicidio.

En resumen, estamos cerrando un año muy violento. Por fortuna, el número de homicidios ya no ha crecido al mismo ritmo que en los tres años previos, pero por desventura, la curva sigue apuntando en la dirección incorrecta.

alejandrohope@outlook.com. @ahope71

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