La oportunidad era inmejorable: cancha a favor, un rival a modo; incluso, con la ventaja para manejar el encuentro tuvieron para liquidar, pero perdonaron. Es la triste historia de Pumas y de un torneo que está a punto de convertirse en otro fracaso.

Inversión en jugadores, inversión para traer un técnico español, inversión en infraestructura, saneamiento de las finanzas, pero en lo futbolístico sigue siendo bajo el desempeño.

Ahora, las cosas son distintas de cara a la última jornada. De nuevo se llega con los dientes apretados, el rostro endurecido y las manos sudorosas.

Los universitarios tendrán que ganarle al Pachuca y esperar otros resultados para saber si rescatan una temporada irregular.

En juego está más que la Liguilla. Es el primer objetivo, pero hay muchos factores que serán analizados después del encuentro. Hay que recordar que se va el señor Ares de Parga y habrá nuevo presidente del patronato, quien evaluará el trabajo y la continuidad de Miguel González Míchel en la dirección técnica, también el desempeño de varios futbolistas, quienes no han estado a la altura de lo que demanda una institución como Pumas.

Vendrán tiempos de cambio y la obligación del nuevo encargado será regresar a los primeros planos. Es verdad que con el actual presidente se intentó volver a la mística universitaria, que es trabajar en cantera, producir futbolistas y nutrir a Selecciones Nacionales.

Todo indica que Chucho Ramírez será el encargado del área deportiva, lo cual sería digno de aplauso, pero es importante que llegue un presidente con la capacidad de conseguir dinero.

El puesto del presidente en cuestión fue muy criticado, y hay que ser sinceros: en cuanto a logros, los números son pobres. Es verdad que Pumas no tiene el presupuesto de los poderosos, pero sí las mismas obligaciones que los grandes.

Si la idea es regresar a la Cantera, que así sea, pero que realmente se refleje. ¿Hace cuánto tiempo no vemos un delantero hecho en CU? En otras épocas era semillero y basta recordar algunos nombres, como Jesús Olalde, Luis García, Luis Flores. ¿Cuánto ha pasado sin que veamos a un par de extranjeros que realmente marquen diferencia, como Verón, Leandro, Marioni, Da Silva, Vera, Ferretti?

Tal parece que la historia de Pumas en los últimos años se resume a lo que pasó el domingo 11 de noviembre de 2019 en ese amargo empate ante Juárez: vivir en el constante sufrimiento, en la constante decepción, en jugar ante una gran afición con la etiqueta de grande, pero que en los momentos importantes, en esos en los que hay que sacar el orgullo, la historia y sobre todo el buen futbol, sólo se muestra como un equipo del montón.

El fracaso de Pumas, en caso de darse, será sonoro. Ojalá que en las fuerzas básicas ya vengan cuatro o cinco jugadores que en un mediano plazo le devuelvan el ADN puma. Es un deseo, aunque parece que sólo será un sueño.

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