La guerra en Ucrania se aclaró como conflicto global de EU y la OTAN contra Rusia y China, que apunta a una segunda “Guerra Fría”, alineando países en bloques regionales militares, para potenciar la “Guerra Híbrida” de EU (sanciones financieras, comerciales, tecnológicas sobre Rusia, apoyo militar selectivo a Ucrania e intensiva “infodemia” proyectando a Zelensky como ganador). El costo: caída del PIB global con inflación a tope en 2023. (IMF, WEO, 01/23)

EU buscó tirar a Putin, desgastar a Rusia a largo plazo, dividirla de China, impedir su cooperación pacífica con la UE. Rusia apostó a bloquear la entrada de Ucrania a la OTAN, desmilitarizarla y desnazificarla, contener y revertir los daños económicos de las sanciones, sostener en la UE su participación energética, animar a otros a formar nuevo orden multipolar.

Los peligros de la guerra, subestimados porque bancos, corporaciones energéticas, de alimentos, de armas, registraron enormes ganancias, de ahí el interés por alargar el conflicto: Exxon obtuvo 56 mil millones de dólares de ganancias en 2022, el doble que en 2021; Chevron obtuvo 36 mmd, Marathon Petroleum y Phillips 66, obtuvieron respectivamente 25 mmd. (Zhang, 31/03/23)

EU muestra crisis de liderazgo y credibilidad: Biden a veces luce extraviado, el dólar pierde peso global por uso geopolítico del SWIFT; perdió autoridad política al recurrir al terrorismo (sabotaje a los gasoductos NORDSTREAM 1 y 2); por eso no gana apoyos efectivos en Asia, África ni Latinoamérica y divide a Europa con los impactos asimétricos de la guerra. No busca salida negociada ni seguridad global, cosas que China sí propone. Se retiró de previos acuerdos sobre armamento nuclear ofensivo y ahora reprocha a Rusia la suspensión temporal de su participación en el START III. (The Independent, Reuters y AFP, 22/02/23).

Las sanciones congelaron la mitad de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia (315 mmd en 01/22); en 2022, vivió inflación de 17.5%, caída del PIB de -2.1% y de importaciones de productos tecnológicos en -28%, contracción de su industria de alta y media tecnología al prohibir a otros exportarle bienes y tecnología diversa, casi medio millón de jóvenes salieron del país, tendrá probable caída del PIB en -7% para 2023. Pero aumentó los ingresos petroleros con las exportaciones bajando en volumen; y tuvo 370 mmd de superávit en cuenta corriente (Roberts, 23/02/22). Su comercio exterior reforzó lazos con China, India, Irán, Turquía.

Para Ucrania, lo peor: daños materiales por 160 mmd, crisis humanitaria con miles de civiles muertos, seis millones de desplazados al extranjero y casi cinco millones desplazados internos, pérdida de casi 1/3 del territorio. Colapso de su comercio exterior, del consumo privado y de sus reservas internacionales (-6mmd); caída del PIB (-45%) y de la producción industrial (cerca de -40%), destrucción de empleos ( -30%) en 2022; destrozada su infraestructura militar, carretera, ferroviaria, eléctrica y urbana. El déficit presupuestal alcanzó -42% en 2022. (Roberts, 23/02/22) El colmo por venir: cumplir requisitos de austeridad, privatización y desregulación pactados con organismos internacionales. La infodemia está al borde de desnudarse.

Ninguno ha conseguido todos sus propósitos, pero tienen al mundo en vilo. La posguerra será larga y costosa. La negociación global, regional y local, queda en el orden del día.

Profesor de la Facultad de Economía. UNAM. Integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social, CACEPS,

caceps@gmail.com

 

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