Uno de los festivales de cine que más se podrían beneficiar del formato virtual que impone la pandemia es el FICUNAM. Y es que una de las dificultades que lo hacían medianamente inasible es que los boletos para las proyecciones se agotaban muy pronto.

Hoy no hay pretexto, la totalidad de las funciones serán en línea y hay mucho de donde elegir. Para hacer más fácil la elección de títulos aquí tenemos seis películas imperdibles en la sección Mexico Ahora del FICUNAM.

1.- La Mamí (Dir: Laura Herrero)

Grandes historias suceden en los lugares menos pensados, como por ejemplo, en el baño de mujeres del legendario Barba Azul. En este extraordinario documental, Laura Herrero nos presenta a “La Mami”, la señora encargada de los sanitarios en aquel legendario antro y que a su vez se comporta como consejera y guía espiritual de las chicas que fichan en el lugar.

Alejado de todo melodrama, La Mami es el retrato vivo y honesto de la condición de un grupúsculo de mujeres que trabaja en el bar para mantener a sus hijos, mientras que La Mami en efecto se comporta como una madre comprensiva pero sin ser condescendiente.

La cinta también funciona como un pequeño retrato de los muchos méxicos que conviven y convergen en un baño, en un antro, en la fiesta, el común denominador de todos los mexicanos.

2.- Blanco de Verano (Dir: Rodrigo Ruiz Patterson)

Con inevitables (pero bien fundadas) reminiscencias a Los 400 Golpes (Truffaut, 1959), el joven protagonista de esta historia se transforma en una suerte de Antoine Doinel mexicano.

Rodrigo (Adrián Ross, extraordinario) es un adolescente solitario, que en vez de ir a la escuela prefiere refugiarse en una vieja casa rodante abandonada. Su mamá (que es soltera) es su adoración, pero cuando ella lleva un nuevo novio a la casa, Rodrigo siente amenazada su frágil estabilidad familiar.

El duelo de actuaciones entre Ross, Sophie Alexander-Katz (en el papel de su mamá) y el novio, interpretado por Fabián Corres, encuentra momentos de gran precisión actoral, como cuando el novio le enseña a Rodrigo a manejar el auto. Una cinta de manufactura notable.

3.- Cosas que no hacemos (Dir: Bruno Santamaría)

En una de las escenas más potentes de esta cinta, vemos a un adolescente llegando a un solitario paraje cerca de un lago. Se quita la camisa, y saca de una bolsa una pequeña caja de maquillaje y un labial. Se recoge el pelo, se pone un vestido y se toma unas selfies que no serán nunca enviadas a nadie.

Con esa sola secuencia, que no tiene diálogo alguno, el director Bruno Santamaría ha dicho todo sobre este personaje, su problemática, y sus sueños. Ese adolescente se llama Arturo y vive en algún pueblo de la costa de Nayarit. A pesar de su edad sigue jugando con los niños del pueblo y sus hermanos menores.

Y aunque en su familia lo aceptan como homosexual, Arturo está buscando el momento para pedirle a sus padres le den permiso de vestirse como mujer.

Bruno Santamaría es de aquellos documentalistas que cuentan con la fortuna de encontrarse filmando mientras la realidad se desenvuelve allá afuera. Así registra los juegos de los niños (que no le tienen el menor miedo a la cámara), las fiestas del pueblo y también las balaceras (tan comunes ya en este país). Su trabajo, aunque breve, es irremediablemente conmovedora.

4.- 499 (Dir: Rodrigo Reyes)

¿Qué pasaría si por alguna broma cósmica arribara el día de hoy, a las costas de Veracruz, un conquistador de la era de Hernán Cortés? Eso es justo lo que sucede en esta cinta, que mezcla fantasía y documental como pretexto para recorrer el país en un cuadro trágico pero absolutamente real.

Un conquistador del siglo XVI llega a costas mexicanas, en pleno 2020, 499 años después de la caída de México-Tenochtitlan. Sigue la ruta de Cortés, en un México completamente diferente al que estaba preparado para conquistar.

Así, el hecho fantástico sirve para que el director muestre al país tal cual: con su pobreza, su corrupción, su violencia extrema. Nuestro nuevo Cortés se vuelve testigo de la realidad del país, encontrándose con migrantes, familiares de gente asesinada y desaparecida.

Un retrato del horror cotidiano a partir de los ojos de un extraño.

5.- El Compromiso de las sombras (Dir: Sandra Luz López)

En un año que hemos vivido entre la muerte, esta cinta llega en el mejor o el peor de los momentos. Estamos frente a un documental que ve de frente a la muerte y nos involucra de manera íntima con ella.

En San Nicolás Tolentino no hay funerarias, ni hospitales, ni curas que acompañen a los familiares en el fallecimiento de un ser querido (justo como el país completo ahora en esta pandemia). La ausencia de funerarias la suple Lizbeth Domínguez, una mujer trans de sabiduría ancestral que desde hace más de diez años funge como autoridad única que oficia los rituales de paso hacia el más allá, preparando a los cuerpos, dirigiendo los rezos, y dando consuelo a las personas en temas de duelo.

6.- ¿Qué harás cuando dios muera? (Dir: Hugo Villaseñor)

Una joven pareja se presenta con alguna productora amateur para hacer un video porno, su primera incursión en el género. Cándidos aunque visiblemente nerviosos, esta primera filmación parece salir bien. ¿Por qué hacen este video? para probar nuevas cosas… y por el dinero.

¿Qué harás cuando dios muera? es la crónica hiper estilizada del descarrilamiento de una relación. Sin una cronología clara, la cinta muestra el largo proceso de desamor de una pareja que no obstante insiste en seguir junta.

Es el retrato de ese proceso donde, lo que antes era lindo y divertido, hoy se torna en un misil listo para lanzar al otro. La comida echada a perder, el refrigerador que ya no sirve, el tiempo que pasa él jugando videojuegos, el cargador de celular perdido y en general la falta de dinero, el hastío y la vida gris en esta ciudad. Todo es una afrenta, todo es un arma para atacar al otro.

¿Qué harás cuando el amor haya muerto? Es la pregunta que todo el tiempo ronda el aire en esta película.

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