Advertencia: este texto contiene spoilers.

En el año 2015, un grupo de estudiantes de la universidad de Leiden, en Holanda, presentaron una pieza de arte audiovisual llamada “Tender”. Se trataba de un celular con la aplicación de citas Tinder abierta y un rollo de carne que al girar (mediante un motor) daba “right swipe” a las fotos de la app, es decir, aprobaba absolutamente todos los perfiles que salían en la aplicación.

Evidentemente, la pieza era una crítica al “mercado de carne” en el que las citas se han convertido gracias a aplicaciones como Tinder. Todos los usuarios nos volvemos un producto que se oferta al mejor postor.

Con un espíritu similar, la directora Mimi Cave -junto con la guionista Lauryn Kahn- entrega en su ópera prima Fresh (USA, 2022) una visión por demás sombría de las citas en la era de las aplicaciones, tomándose al pie de la letra el hecho de que ahora vivimos en un mercado de carne.

Noa (Daisy Edgar-Jones, la recuerdan por la serie Normal People) es una diseñadora que vive en Portland. Como buena solterona, anda buscando pareja y lo obvio es hacerlo en Tinder, pero luego de una cita por demás patética, decide renunciar a su búsqueda.

En esas estaba cuando en un supermercado (en el área de verduras) conoce a Steve (sorprendente Sebastian Stan), un chico atractivo, cautivador, de buena labia y mejor ver, de profesión médico, que la convence para que le de su teléfono.

Steve y Noa tienen una cita que resulta la cara opuesta a lo que vimos al inicio de la película. Steve no solo es caballeroso, ameno, inteligente y va a pagar la cuenta de la cena, sino que además sabe escuchar a Noa y, cuando la cosa se pone romántica, el tipo le espeta: “¿No estamos yendo muy rápido?”.

Steve invita a Noa a pasar el fin de semana a un lugar romántico y ella acepta, no obstante las advertencias de su mejor amiga, Mollie (Jojo T Gibbs) para quien resulta una muy mala señal que Steve no tenga redes sociales.

Mollie tenía razón, Steve era demasiado perfecto para ser real. Es justo en ese momento (con los créditos iniciales apareciendo en pantalla 30 minutos después de iniciado el filme) que la película da un giro: no, no estamos ante una comedia romántica sobre lo difícil que pueden ser las relaciones, nos encontramos más bien frente a un filme gore con mucho terror psicológico.

Noa amanece encadenada en una habitación de la perfectamente bien decorada casa de campo de Steve, quien resulta que sí es doctor, pero cuyo negocio es ser carnicero, proveyendo a su exigente pero millonaria clientela cortes de carne provenientes de… bueno, ustedes imaginarán.

La directora Mimi Cave se muestra hábil no sólo en el manejo de los tropos del cine de terror, sino también en el armado de una atmósfera ominosa que se ve beneficiada por las actuaciones de su reparto.

Sebastian Stan está perfecto en su papel de maniático caníbal, que no obstante lo absolutamente perverso de sus acciones, sigue siendo seductor aún en los momentos más sangrientos. Lo mismo sucede con Daisy Edgar-Jones, quien resulta convincente no sólo como víctima, sino como una potencial victimaria.

Pero lo realmente perturbador son esas escenas (brillantes por el efecto que causan) de los comensales a los que Steve le manda “su producto”, así como del propio carnicero que corta con la delicadeza de un chef los cortes para sus clientes, guardando el excedente en grandes bodegas refrigeradas donde se pueden ver los restos de sus víctimas. La naturalidad de estas escenas te deja completamente helado.

Como provocación, la película es un absoluto triunfo: visualmente sólida, con un uso juguetón de los temas musicales que hacen eco de los diálogos (una versión de Exit Music For a Film de Radiohead), y una atmósfera que hace del espectador una víctima más encerrada en un show de terror.

Pero debo admitir que más que horror, Fresh me causó demasiada incomodidad. Y es que ver una historia sobre un hombre que secuestra mujeres para poco a poco irlas destazando y que su carne sea engullida por otros hombres millonarios, suena bien para una película B en los años setenta, pero en el México de 2022, con la cifra de feminicidios a la alza, y el desprecio absoluto del gobierno hacia el problema, bueno…. es difícil divertirse con esta película.

¿Estoy perdiendo objetividad? Puede ser, ¿pero cómo se le hace para obviar el contexto en que uno vive al momento de ver una película? No sé, o en todo caso, esta vez no pude hacerlo.

Fresh se puede ver en la plataforma StarPlus.

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