En la agenda 2030 de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas se reconoce que la expansión de las tecnologías de la información, las comunicaciones y la interconexión mundial acelerará el progreso humano al superar la brecha digital y al desarrollar las sociedades del conocimiento, pero desafortunadamente en la lucha por alcanzar dicho desarrollo se han gestado una serie de acciones por parte de usuarios que se ocultan tras una pantalla con el propósito de dañar y aprovecharse de las poblaciones y personas más vulnerables.

Las estadísticas evidencian que la violencia contra mujeres en el entorno digital ha ido en aumento y la evidencia de ello son los ataques sistemáticos como amenazas, acoso y hostigamiento en contra de defensoras de derechos humanos, activistas y las mujeres que participan en actividades públicas.

En el estudio Violencia contra mujeres y niñas en el espacio digital: Lo que es virtual también es real, elaborado por ONU Mujeres, se establece que el 73 por ciento de las mujeres en el mundo han estado expuestas o han experimentado algún tipo de violencia en línea en razón de género, además, el 90 por ciento de las víctimas de la distribución digital no consensuada de imágenes íntimas son mujeres.

Es alarmante, en el mundo una de cada 10 mujeres, de 15 años en adelante, ha sido víctima de alguna forma de violencia digital; desafortunadamente, una, de cada cinco mujeres viven en países donde el acoso y el abuso de las mujeres en línea es extremadamente improbable que sea castigado.

En México las cifras también son preocupantes, residen 67 millones de mujeres, de las cuales el 78 por ciento utilizan internet, porcentaje que se incrementó 10 puntos porcentuales de 2019 a 2022, lo que significa que las mujeres estamos más presentes en el entorno digital, pero, de acuerdo al módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA 2022) de Inegi, somos las más ciberacosadas.

El 22.4 por ciento de las mujeres que usaron internet, fueron víctimas, es decir, 9.8 millones de mujeres. La prevalencia más alta de ciberacoso hacia las mujeres se detectó en Tlaxcala, con 34.3 por ciento; seguido por Tabasco, con 30.1 y Durango, con 29.1 por ciento. En contraste, las entidades con menor prevalencia fueron Morelos, con 18.0; Ciudad de México, con 18.9 y Querétaro, con 19.1 por ciento.

Es un tipo de violencia que se comete y expande a través de medios digitales como redes sociales, correo electrónico o aplicaciones de mensajería móvil, y que causa daños a la dignidad, la integridad y/o la seguridad de las víctimas; algunas de sus formas van desde el contacto mediante identidades falsas, insinuaciones o propuestas sexuales, envío de contenido sexual, mensajes y llamadas ofensivas, críticas por apariencia física, amenazas con publicar información personal, audios, o video para extorsionar, entre otras.

No solo estamos frente a la falta de regulación contra estos actos ilícitos, sino que la tecnología va un paso más adelante que la legislación. Es importante que desde el ámbito legislativo se trabaje en el marco jurídico para que los medios digitales de la información sean herramientas que fomenten la creación de empleos y sean oportunidad de negocios y de innovación en la prestación de servicios; que dejen de ser espacios donde se viertan narrativas de odio, descalificaciones, suplantación de identidad, porque la violencia digital destruye a las mujeres y afecta el entorno y la psique de sus familias.

Maestra en políticas públicas

@Ale_BarralesM

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