En 2020, la pandemia nos dio grandes lecciones, entre ellas que no puede haber gente sana en un planeta enfermo. Los retos para el medio ambiente siguen siendo grandes y parece ser que a los tomadores de decisión no les ha quedado claro el mensaje.

El cambio climático y la pérdida acelerada de la biodiversidad son crisis que dan marco a la crisis sanitaria ocasionada por el Covid19. No basta con hacer un plan de recuperación económico, es urgente un plan para la recuperación ambiental.

El cuidado del medio ambiente y el combate al cambio climático deben ser ejes transversales de las políticas públicas de nuestro país, con mayor énfasis en los sectores energético, agroalimentario y de transporte, tres sectores clave para la recuperación socio-ambiental.

No obstante, en la dirección contraria la política energética emprendida por la administración de Andrés Manuel López Obrador y su secretaria de Energía, Rocio Nahle, está anclada en los combustibles fósiles. Se hace cada vez más urgente la participación de fuentes de energía renovable dentro de la matriz energética, asegurando que la implementación de proyectos renovables se dé con estricto respeto a los derechos humanos de las comunidades, así como detener el desarrollo de infraestructura basada en combustibles fósiles y aumentar el presupuesto para adaptación y mitigación para poder alcanzar las metas nacionales de transición energética y disminución de emisiones como lo demandan las leyes de Cambio Climático y de Transición energética y las metas internacionales de las contribuciones nacionalmente determinadas (NDC) del acuerdo de París.

En el sector agroalimentario se debe Impulsar la transición hacia la producción agroecológica que garantice los derechos de campesinas y campesinos a un trabajo digno, a un medio ambiente sano, a la salud y a la libre determinación, y que asegure la soberanía alimentaria a través de alimentos sanos, ecológicos y accesibles para toda la población. Para ello es necesario reorientar los recursos públicos hacia la apertura de mercados de alimentos agroecológicos de comercio justo impulsando cadenas cortas agroalimentarias (libres de agrotóxicos, transgénicos y plásticos).

En el rubro del transporte, no puede existir una recuperación justa sin preservar el espacio vial para las modalidades de viaje más eficientes: caminar, el uso de la bicicleta y el transporte público eléctrico con medidas especiales, como carriles restringidos en las avenidas principales para que estas modalidades más eficientes muevan al máximo número de personas sin tráfico y sin riesgo de contagio por Covid-19.

Las medidas que requieren cada uno de estos sectores deben estar acompañadas de una asignación en el Presupuesto de Egresos federal para 2021, consecuente con los retos ambientales y con especial atención a los efectos del cambio climático para sortear los graves recortes que marcaron al 2020.

Directora de campañas de Greenpeace México 

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