Como otro año termina se puede hacer un pequeño balance político de lo que se ha vivido durante este periodo de tiempo. Sin pretender una adjetivación particular para calificar este año, sí podemos afirmar que hubo eventos extraordinarios. Un eje articulador es el cambio de régimen que nos ha llevado de un ejercicio de poder al estilo “neoliberal”, meritocrático, a otro de corte “populista” y concentrador de poder.

En el ámbito internacional la llegada de Trump a su segundo mandato fue un hecho que modificó de forma importante la relación de México con Estados Unidos; sin dejar de lado que sus impactos han sido globales y ha sacudido con sus políticas, sus ocurrencias y sus humores, a la geopolítica mundial; para México ha sido particularmente complicado el trato. Lo que era de esperarse, que cambiarían las relaciones comerciales, la inmigración y el narcotráfico, se ha desparramado hacia múltiples demandas y presiones, como la del gusano barrenador y las exportaciones de ganado o las deudas de agua. Sin duda, el gobierno de Claudia Sheinbaum se ha visto en la necesidad de hacer permanentes negociaciones y llamadas telefónicas con Trump para arreglar una agenda enorme, evitar pleitos y engancharse con la volatilidad del inquilino de la Casa Blanca.

En 2026 vendrá la renegociación del T-MEC y hacia allá se enfilan las estrategias de nuestro país; se trata de sacar adelante un buen acuerdo comercial en medio de la tormenta que significa el trumpismo como metodología de presión. Lo dijo en una entrevista reciente -muy atinadamente- el negociador en jefe, Marcelo Ebrard: con Trump hay que saber manejar la “ansiedad”, sobre todo para evitar que la angustia predomine en la negociación.

Tal vez el acontecimiento más relevante de la política interna en este año fue la reforma y la elección judicial. Esos comicios fueron la expresión más acabada no solo del cambio de régimen, sino de la transformación de poder que se ha operado en el país. Ya habíamos visto el hiperpresidencialismo que borró los contrapesos; la desaparición de los organismos autónomos, cuyo objetivo era un ejercicio de poder menos concentrado. También fuimos testigos, entre septiembre de 2024 y el año que termina, de los cambios a la Constitución. Se calcula que en este periodo el morenismo “ha modificado 70% de la Constitución” (EL UNIVERSAL, 17/12/2025). Por eso, se puede decir que la 4T ya hizo una amplísima reforma del Estado; muy diferente a la que proponía Porfirio Muñoz Ledo en su Camino a la nueva República (Debate, México 2025). Nos puede gustar o no, pero ahí quedan los cambios. En 2026 llegará la reforma electoral y esa otra oleada de cambios subirá el porcentaje de modificaciones.

Esperemos un tiempo para poder evaluar las consecuencias que tendrá la elección judicial en la impartición de justicia. Por lo pronto sabemos que hubo una muy escasa participación, que se llevó a cabo mediante la trampa de los acordeones, y que en lo local los gobernadores diseñaron un poder judicial a su gusto y conveniencia.

Otras noticias que movieron el escenario nacional fueron los casos de alta corrupción que ya son responsabilidad del oficialismo. Uno fue el expediente de La Barredora, el grupo mafioso que manejó la seguridad pública en Tabasco cuando el gobernador era Adán Augusto López; ya detuvieron la cabeza y principal operador, Hernán Bermúdez, pero quedan amplias dudas sobre la participación y responsabilidad del senador en jefe de la fracción morenista. El otro caso fue el del “huachicol fiscal”, que involucró a una amplia red en la que participaron los sobrinos del exsecretario de Marina, Rafael Ojeda. Se trata de un robo en donde había más de 550 empresas involucradas y montos hasta de 600 mil millones de pesos, dinero que debería haber llegado a la hacienda pública y fue robado. Quedan dudas sobre qué seguirá con estos expedientes que han golpeado a la 4T.

De la enorme violencia en el país, hubo dos asesinatos de alto impacto, el del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y el del líder de los limoneros, Bernardo Bravo, ambos mostraron los niveles de descomposición y destrucción del crimen organizado. Por lo pronto, terminaremos el calendario del 2025, felicidades para el 2026…

Investigador del CIESAS. @AzizNassif

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