Alberto Aziz Nassif

Gobierno, corrupción y confianza

26/05/2020 |00:19
Redacción El Universal
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En estos momentos de crisis es conveniente preguntarse por el tipo de gobierno que tenemos. La última Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (Encig) del Inegi, fue levantada en diciembre pasado y actualiza la información de 2017 sobre los servicios públicos, la corrupción y la confianza en las instituciones. Los datos responden a la situación que imperaba antes de la pandemia y expresan el trayecto de un gobierno que había terminado su primer año con resultados mixtos.

No sabemos de qué forma el Covid-19 va a modificar la percepción de los ciudadanos sobre el gobierno y las instituciones, esa será una evaluación que la próxima Encigtendrá que medir quizá en 2021. En ese futuro ejercicio tendrán un lugar muy importante las instituciones de salud y la acción pública frente a la crisis.

El discurso en contra de la corrupción ha sido una constante de AMLO y su 4T, incluso en tiempos de la epidemia. Sin embargo, los datos nos muestran que el fenómeno ha persistido porque está alojado en las formas de relación entre el gobierno y la ciudadanía. En la contabilidad de la Encig se destaca que hay áreas en donde prevalece el problema e, incluso, han aumentado, como en la seguridad pública y los ministerios públicos; en la tramitación vehicular, la educación pública y el registro civil. El instrumento mide el nivel de satisfacción con los servicios, desde el agua y la educación, hasta la salud y el transporte. En general, no hay grandes diferencias entre lo que pasaba en 2017, sexenio de Peña Nieto, con el primer año de la 4T. Pero en materia de corrupción sí hay un aumento de 19.2% a nivel nacional y sus costos llegan a 12 mil 770 millones de pesos, es decir, que el costo para cada persona ha sido de 3,822 pesos. El fenómeno de la corrupción necesita de instrumentos más eficientes, de reglas más claras y de una vigilancia más estrecha. Ante los datos AMLO señaló que se trataba de un problema de los gobiernos locales, lo cual puede ser cierto parcialmente, pero el gobierno federal también tiene su parte y tendrá que revisar sus instrumentos y estrategias.

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La otra medición importante es lo que pasó durante 2019 con la confianza en las instituciones. Se registra un fenómeno interesante para evaluar: en el cuadro de honor de la confianza ciudadana está la familia, la escuela pública, las universidades públicas, el ejército, la marina y los vecinos; por debajo sigue otro conjunto formado por los organismos públicos autónomos y la Guardia Nacional. Hasta aquí todo sin grandes cambios, pero enseguida se registra una novedad importante, un incremento de la confianza en las instituciones de gobierno. Así, el gobierno federal sube de 25.5 a 51.2%, los gobiernos estatales suben de 29.3 a 40.5%, los jueces y magistrados de 31.7 a 35.1, la policía de 30.2 a 33.5, los diputados y senadores de 20.6 a 30.2%; también suben los sindicatos de 30.2 a 34.4%, y los partidos políticos —que siguen en último lugar—, también incrementan su nivel de 17.8 a 24.6%. Estos números pueden expresar que estamos, o estábamos antes de la pandemia, en una revaloración de la vida pública del país, con un incremento de la confianza. Lo cual contrasta con el golpeteo diario que hay entre el gobierno de AMLO y las oposiciones o los grupos empresariales. Además, se puede contrastar que los niveles de corrupción que se elevaron, no impidieron una evaluación más positiva de las instituciones públicas, hasta en las que tienen el menor aprecio ciudadano, las más desprestigiadas, también incrementaron sus niveles de confianza. Es posible que el primer año de un gobierno que ganó en las urnas de forma contundente, abrió una posibilidad para ampliar las bases de legitimidad de lo público.

Este año las cosas serán muy diferentes por los altísimos costos de la pandemia, tanto en salud (7,394 muertos hasta el 24 de mayo) como en bienestar (un millón de empleos perdidos en marzo y abril). La legitimidad de la 4T dependerá de cómo salga México de la pandemia del Covid-19. Ya veremos al país que salga de esta crisis y cómo se modificará la confianza de la ciudadanía, pero esa será otra historia…



Investigador del CIESAS.
@AzizNassif