Una mañana en 2012 la Ciudad de México despertó con una nueva estatua sobre el Paseo de la Reforma, en pleno Bosque de Chapultepec. Era la representación en bronce de Heydar Aliyev, ex dictador de Azerbaiyán. Nada tenía que ver con la historia, la cultura o los afectos de la sociedad mexicana. El entonces gobierno del DF, que negoció la instalación de aquella pieza, olvidó que la ciudadanía ya no acepta imposiciones así. Y ante la protesta generalizada, tuvo que retirarla.

La democratización de la ciudad es una batalla que se da todos los días. De ahí las cartas en defensa del Jardín Botánico del bosque y que uno de los temas centrales del debate en torno a Chapultepec sea, precisamente, el derecho de la ciudadanía a informarse y expresar su opinión con respecto al destino del espacio público. En este caso, un proyecto para el que la Secretaría de Cultura solicitó a la de Hacienda poco más de 8 mil 775 millones de pesos (Milenio, 24/08/20). Quizá por eso cuando le pregunto al arquitecto Alberto Kalach qué espera del debate, responde: “Que se democratice el proceso”.

El fundador del Taller de Arquitectura X (TAX) da prioridad al tema cultural y social: “Que se conozca la opinión de la ciudadanía, sus necesidades y demandas, tanto de los vecinos como de la comunidad cultural que se está preguntando si tiene sentido construir más museos si no hay presupuesto para los existentes”.

En entrevistas con Sonia Sierra (El Universal 24/08/2020) y Judith Amador (Proceso,16/08/2020), el diseñador de la Biblioteca Vasconcelos y de un Plan Maestro para el bosque —que “hizo suyo Gabriel Orozco”, ha dicho— ya expresó a profundidad sus argumentos a favor y en contra del proyecto oficial “Bosque de Chapultepec, Naturaleza y Cultura”, así como la necesidad de una buena discusión, concursos públicos y la participación de un equipo de especialistas en diversas áreas. Así que le hago sólo una pregunta más. ¿A quién convocaría para un proyecto así?

En el tema ambiental y de paisaje: a Mario Schjetnan, quien lleva décadas trabajando Chapultepec, rehabilitó la Segunda sección y su Plan Maestro para la tercera, aprobado y pagado por el Fideicomiso Pro Bosque en 2018, está en suspenso. A los paisajistas Eliseo y Guillermo Arredondo y al arborista Teobaldo Eguiluz, “quien ha reforestado cientos de miles de hectáreas en México”. En el tema de urbanismo y movilidad menciona a los arquitectos José Castillo Olea y Gabriela Bojalil y a los expertos en movilidad y transporte sustentable Adriana Lobo, y Bernardo Baranda. También incluye, entre otros expertos, a Juan Palomar por su sensibilidad hacia el entorno urbano.

Desde Guadalajara, el arquitecto Palomar propone que se organice un foro donde participen la Academia de Arquitectura, los colegios de Ingenieros y de Arquitectos, científicos, sociólogos, ambientalistas… antes de tocar Chapultepec, “lugar sagrado”.

Como concluye Kalach: Los tiempos del Rey Sol y sus Jardines de Versalles han quedado atrás. Y aunque a su arquitecto le quedaron de maravilla los jardines, ya no estamos en el siglo XVII, hay más ideas y mayor complejidad en la ciudad de México del siglo XXI que en la corte francesa de esa época.

Termino este texto mientras se presenta otro mega proyecto: El Parque Ecológico del Lago de Texcoco, a cargo del arquitecto Iñaki Echeverría.

adriana.neneka@gmail.com

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