La niñez y la juventud escuchan las noticias, sienten el sufrimiento propio y ajeno, viven a diario desde sus diversas geografías las consecuencias del cambio climático en el mundo. A la brecha entre la realidad de la crisis y la inacción de los gobiernos, le ponen palabras: traición y daño moral. Enojo, miedo e impotencia. Sentimientos de una generación que los psicólogos ya definen como “ecoansiedad”.

Acaba de darse a conocer un adelanto del estudio científico más grande que se ha realizado sobre la ansiedad climática en jóvenes. Revela que la mayoría se siente traicionada. Para 50% de los entrevistados, la emergencia climática está afectando su vida diaria. El 75% tiene miedo al futuro debido al calentamiento global y muchos dudan tener hijos. El 60% está extremadamente preocupado y más de la mitad expresó tristeza, enojo, indefensión, ansiedad y culpa. Porque, como afirma Caroline Hickman, psicoterapeuta y autora principal del estudio, “a pesar de las soluciones al alcance y de la evidencia abrumadora de los riesgos, la inacción de los líderes del mundo es demasiada para entenderse y aceptarse”.

A publicarse próximamente en la revista The Lancet, la investigación fue financiada por la plataforma Avaaz y dirigida por la Universidad de Bath, en colaboración con otras cinco universidades de diversos países. Entrevistaron a 10 mil adolescentes y jóvenes (de 16 a 25 años) en India, Brasil, Nigeria, Reino Unido, Australia, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Portugal y Finlandia. Todo esto, a mes y medio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26) que tendrá lugar en Glasgow, Escocia.

Las inundaciones extremas, las migraciones masivas, los fenómenos meteorológicos inéditos… están aquí. La emergencia es planetaria. Y aunque el gobierno mire para otro lado, reduzca presupuestos al medio ambiente y rara vez hable del cambio climático, las jóvenes generaciones sí escuchan, ven y sufren las consecuencias del calentamiento global en la ciudad, en el campo, en la costa…

A ellos, y a quienes nos preocupa el tema, se dirige Tú y Yo, el reciente libro de Norma Muñoz Ledo (FCE, 2021) ilustrado por Meel Cerecer. La idea surgió después del terremoto en México de 2017, cuando escuchó a muchos niños preguntar si el temblor había ocurrido porque la Tierra estaba enojada. En 2019, junto con tres amigos emprendió su propia encuesta en diversos grupos de infancias. “Si tuvieras al planeta frente a ti, como si fuera una persona, ¿qué pregunta le harías?”.

A las inquietudes y preguntas infantiles, la Tierra les contesta. Quién es: “Soy el cielo, las nubes y la tormenta… Soy la fogata del invierno que te calienta… Yo soy tu casa.” Su origen: “Hace millones de años… Yo nací del universo y tú también.” Les dice: “Yo soy tu y tú eres yo”. Les habla de la vida y de la muerte. Les revela sus secretos y lo que les falta por descubrir. Les platica por qué, a veces, se enoja “(…) pero en realidad me agito porque estoy viva”. De lo mucho por hacer: “Sí tienes tiempo, pero es poco… Yo permanezco”.

No hay angustia, sí rica información. No hay sermones y sí un diálogo entrañable. Es una invitación a entender que no somos dueños sino hijos de la naturaleza como todos los seres vivos. Y que, como la Tierra misma, estamos hechos de polvo cósmico. Es la poesía que hace lo suyo frente a la ecoansiedad.

adriana.neneka@gmail.com