Hoy por hoy cada vez somos más conscientes de nuestra huella ecológica o bien de nuestro machismo interiorizado, y también, cada vez somos más los que intentamos asumirlos críticamente para reducir la primera e ir superando el segundo.
Este es un proceso de transformación que no ha caído del cielo sino que es el producto principal de un activismo actualizado sin descanso desde distintas trincheras, los movimientos ecologistas y la lucha feminista. Que imparables, comienzan a rendir resultados. Pero la realidad que afronta la lucha feminista es más sensible y apremiante, porque su enemigo es más violento, más cruel, más próximo e incluso, en algunos casos, más íntimo. Por eso no es casual que la exigencia en forma de protesta sea cada vez más extensa e intensa. Y es aquí donde concentramos nuestra atención.
El Portal de datos de la Ciudad de México registra que, en lo que va del año (de enero a agosto) se han abierto un total de 831 carpetas de investigación por la categoría del delito de violación. El año arrancó en enero con un registro de 84 carpetas abiertas por esta categoría, para de ahí ir creciendo hasta alcanzar su punto más álgido en el mes de abril con 126 denuncias y para los meses posteriores ir decreciendo hasta llegar a la cifra de 97 carpetas abiertas en agosto.
Si se evaluaran superficialmente estos resultados, pareciera que la nueva administración, en todos sus niveles, se está terminando de organizar y está ya consolidando de mejor modo su mando y dirección.
Sin embargo, apenas el pasado martes 24 de septiembre se ha actualizado la Envipe (Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Sobre Seguridad Púbica) por parte del Inegi, y en ella se deja ver que la percepción ciudadana en torno al desempeño de los Ministerios Públicos de la CDMX continúa siendo mayormente negativa; aunque el porcentaje de la población que percibe el desempeño de las autoridades de las agencias del Ministerio Público en la ciudad como nada efectivo se redujo, pasando de un 32.2% en 2018 a un 25.3% en este año. Por su parte, la percepción del desempeño como poco efectivo se incrementó al pasar del 39.7% en 2018 al 43.1% en el presente año. Es decir, la percepción sigue siendo mala, pero ya no tanto.
En contraste con sus percepciones positivas, que aunque sólo un porcentaje muy reducido de la población considera el desempeño de los Ministerios Públicos como muy efectivo, ésta creció medio punto porcentual, yendo del 2.0 al 2.5% de 2018 a 2019, en concordancia con aquella percepción del desempeño calificado como algo efectivo que pasó del 23.9% al 27% para el mismo periodo. Es decir, es buena, pero no tan buena.
En consecuencia y haciendo un balance objetivo, como ciudadanos y ciudadanas de esta ciudad, continuamos desconfiando enormemente de nuestras propias autoridades, en particular y para este caso, de las que dirigen los Ministerios Públicos. Por lo tanto al día de hoy, es bastante factible suponer que quienes son víctimas del delito de violación pueden optar por no llevar a cabo la denuncia correspondiente, porque saben de antemano que muy probablemente no ocurrirá nada en contra de sus agresores.
Esto se tiene que corregir, caso contrario la transformación que va y que estamos viviendo no sólo se retrasará sino que su exigencia se puede tornar, con justa medida, cada vez más violenta.
Profesor de la Facultad de Economía UNAM y miembro CACEPS. caceps@gmail.com