Desde hace al menos una década se ha hecho referencia a Plataforma México como si fuera algo intangible que tiene una serie de atributos para el diseño de productos de inteligencia. Se ha hablado de tal manera de Plataforma México que pareciera que se trata de un simple mito, pues usualmente se expresa que se trata de una inversión que no ha sido del todo aprovechada. Una de las características de dichos comentarios es que no profundizan sobre la estructura o lo que requiere de recursos humanos, económicos y tecnológicos para que funcione eficaz y adecuadamente. Por lo tanto, socialmente no existe una idea precisa de lo que es Plataforma México ni de su utilidad para diseñar inteligencia e inclusive para la búsqueda de personas desaparecidas.

Un ejemplo, muy claro es que se suelen desconocer las bases de datos que la constituyen, los sistemas de interconexión, los análisis que pueden realizarse, el tipo de esquemas de acceso y colaboración que se requieren para resguardar la información delicada de seguridad nacional y los propios datos personales de quienes se encuentren en dichas bases. Con la finalidad de develar el apartemente mito de Plataforma México, es pertinente enlistar algunas de las bases de datos que la conforman como es el caso del Registro Nacional de Armamento y Equipo, el Registro Nacional de Personal de Seguridad Pública, la base de datos de vehículos robados y recuperados, el Sistema Nacional de Indiciados, Procesados y Sentenciados, la base de datos del Informe Policial Homologado, el Registro Nacional de Mandamientos Judiciales, entre otras estadísticas de incidencia delictiva sobre extorsión y secuestro alternativas a los instrumentos públicos de registro y clasificación delictiva.

El hecho es que Plataforma México constituye un centro tecnológico neurálgico que 1) debe fomentar mejor análisis criminal, 2) tomar mejores decisiones estratégicas y 3) diseñar líneas de acción más efectivas. Resulta un tanto paradójico cómo se fue desdibujando su importancia durante la administración de Peña Nieto, al menos discursivamente, no solo por parte de las autoridades sino de los propios especialistas. Ello alcanzó tal grado que fue objeto de varios recortes presupuestales y no fue una prioridad en el gobierno anterior. Esto no es algo menor, pues además de los “fierros” que constituyen Plataforma México, su operación requiere coinversiones sustantivas de capital humano en diversas ramas del conocimiento como telecomunicaciones, defensa, sistemas, criminología, entre otras. Sin este capital humano, de poco sirve este activo. Por lo tanto, la pérdida de relevancia de Plataforma México ha tenido múltiples consecuencias.

Ante el cambio de administración federal, una de las principales interrogantes versa en torno al peso que tendrá Plataforma México en la “nueva” estrategia de seguridad. Esto cobra especial importancia porque, al menos discursivamente, pareciera que esta volverá a desempeñar un rol estratégico pues tanto el presidente López Obrador como Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, han expresado que será parte fundamental del plan frente a la delincuencia organizada. De cara a estas aseveraciones, lo que se esperaría es que ello viniera contemplado en el Plan Nacional de Paz y Seguridad (PNPS) y que los recursos que le fueron asignados hubieran aumentado en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) de 2019. Esto no sucedió.

En el PNPS no hay ni siquiera una mención a Plataforma México, mientras que si se hace una revisión del PPEF 2019 se puede apreciar una disminución nominal de al menos $ 41,114,695.00 M.N., es decir, de 10.46% de 2018 a 2019. Esto se debe a que se le asignaron $ 393,228,434 M.N. durante el último año de la administración de Peña Nieto, mientras que se tiene previstos $ 352,113,739 para 2019. Los ocho principales rubros que concentran dicho presupuesto son los siguientes: el 25% le corresponde a la compensación garantizada, el 16% a servicios de telecomunicaciones, el 15% a servicios de desarrollo de aplicaciones informáticas, el 10% a sueldos base, el 7% al mantenimiento y conservación de bienes informáticos, el 7% a servicios integrales, el 6% a servicios integrales de infraestructura de cómputo y el 5% a patentes, derechos de autor, regalías y otros.

De acuerdo con un análisis preliminar del PPEF, se aprecia que los conceptos con mayor reducción se concentran en los rubros salariales (compensación garantizada y sueldos base / otras prestaciones sociales y económicas y remuneraciones al personal de carácter permanente). Lo anterior sigue la lógica de la austeridad presente en diversos rubros del PPEF y del proyecto de nación.

En términos administrativos, dichos recursos se reparten en tres áreas estratégicas en las cuales recae la responsabilidad del funcionamiento y mantenimiento de Plataforma México: la Dirección General de Infraestructura Tecnológica de Seguridad Pública, la Dirección General de Plataforma México y la Unidad de Información para la Seguridad Pública. Si se realiza un análisis pormenorizado se aprecia que el área que tuvo mayor recorte fue la Unidad de Información para la Seguridad Pública, el cual fue de 24.2%. Esta unidad se encarga de “gestionar sistemas de información e interconexión, además de ser la responsable de la base de datos criminalística Plataforma México”.

Existen dos perspectivas desde las cuales se puede encuadrar el recorte presupuestal a Plataforma México. La primera de estas es la identificación de gastos superfluos que ameritan una disminución. Bajo esta lente, la reducción tendría como objetivo mantener la operación de la plataforma sin las ineficiencias presupuestales identificadas durante los procesos de entrega a recepción. Sigue la lógica: se puede hacer lo mismo (o más) con menos.

Por otro lado, se podría pensar que Plataforma México no es tan prioritaria como dicen y que, en el concurso de recursos presupuestales, las autoridades optaron por darle más peso a otros ramos y hacer lo que se pueda con lo que se tenga. Honestamente, dudo que un activo del Estado tan valioso sea percibido como inútil por los tomadores de decisiones.

Bajo la lógica de este análisis, resta corroborar qué tanto compromiso habrá para fortalecer Plataforma México más allá del discurso. De entrada, el hecho de que no se conciba dentro del PNPS y que haya sido objeto de recorte presupuestal deja muchas dudas en el aire. Una de las cuestiones cruciales de las que habrá que estar atentos es que la actual administración federal, pese a las medidas de austeridad preserve la seguridad de la estructura tecnológica y de interconexión de Plataforma México; que cuenten con los recursos humanos y tecnológicos que se requiere para aprovechar las herramientas para diseñar medidas que permitan ir atenuando la pérdida de vidas a causa de la delincuencia y violencia.

Por último, esta administración tiene otro reto fundamental dado que narrativamente ha planteado que entre todos trabajaremos para mejorar la seguridad del país, el cual es generar más información estadística pública de calidad derivada de Plataforma México. Ello va más allá de crear un registro diario de homicidios dolosos, ya se cuenta con los datos mensuales de carpetas de investigación y víctimas de este delito que se publican en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), así como las cifras anuales de defunciones por homicidios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Lo que hace falta es la construcción de indicadores más diversos y análisis científicos que nos permitan comprender las aristas y matices locales del fenómeno delictivo. Esto es crucial si queremos transitar a un esquema de gobernanza en materia de seguridad.

DORIA VÉLEZ

Directora de Investigación

@Dorsvel @ObsNalCiudadano

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