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Una escenificación con “acarreados”, promesas y demandas eternas fue la campaña presidencial de Miguel de la Madrid, como lo muestran las fotografías del libro El Teatro Universal, de Pedro Meyer (1935), que saldrá el próximo julio.
A finales de 1980 el artista visual, conocido por innovar el mundo de la fotografía mediante las herramientas digitales con las series Fotografío para recordar (1990) y Verdades y Ficciones (1992) retrató el inicio de una campaña presidencial caracterizada por la ausencia de competencia electoral.
Meses después, el presidente José López Portillo nacionalizó la banca comercial, porque el país fue saqueado; ante este contexto, el proyecto testimonial se canceló y las fotografías estuvieron resguardadas durante casi cuatro décadas.
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Mientras el director de la revista cultural Replicante, Rogelio Villarreal (1956), ayudaba a Pedro Meyer (1935) a seleccionar las imágenes del libro, el fotógrafo explicó que la campaña fue una obra de teatro en donde los actores y extras conocían de antemano el libreto.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Rogelio Villarreal, quien también redactó el texto que acompaña a las fotografías, expresó que entre la gente movilizada para aplaudir, echar porras, sonar matracas y llevar regalos al candidato había electores con la esperanza de que la Revolución Mexicana les hiciera justicia.
“Un espectáculo que vimos decenas de veces en las grandes festividades, comilonas y jaripeos, algunos campesinos confiaban en que iban a atender sus demandas de tierra, agua o crédito, una cosa incomprensible que perdura hasta nuestros días, porque todavía vemos acarreados en la campaña de Claudia Sheinbaum”, dice Rogelio Villarreal.
Un extraño enemigo
En 1981 Manuel Bartlett fue el coordinador de la campaña de Miguel de la Madrid, siete años después el candidato a la Presidencia del Partido Acción Nacional (PAN), Manuel Clouthier, junto con políticos socialistas y expriistas que formaron el Frente Democrático Nacional lo acusaron de organizar un fraude electoral para que Carlos Salinas se convirtiera en presidente.
Ante el olvido de quienes defienden a Manuel Bartlett, actual director general de la Comisión Federal de Electricidad, como un “patriota”, las fotografías de El Teatro Universal evidencian su origen como político en el PRI.
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Revolución sin gloria
Después de recorrer el país, de contar con el apoyo de los medios de comunicación y de una legislación que impedía la competencia electoral, Miguel de la Madrid se convirtió en presidente de la República al derrotar por 13 millones de votos al candidato del PAN, Pablo Emilio Madero, en 1982.
Durante su gobierno, que se caracterizó por reducir el gasto público, Andrés Manuel López Obrador fue líder priista de Tabasco y director de Promoción Social del Instituto Nacional del Consumidor.
Mirada propia
Aunque fue contratado por la Secretaría de Información y Propaganda del PRI, sin hacer proselitismo, Pedro Meyer en El Teatro Universal fotografió la capacidad de movilización del partido en el poder y a los electores que mostraban cansancio por esperar la llegada del candidato presidencial.
“Pensar en cómo todo un país, con sus entonces 95 millones de ciudadanos participaban voluntariamente en esa puesta en escena que culminaba con una votación cuyo desenlace nadie en su sano juicio pondría en duda, era como un acontecimiento para el libro de los Récord Guinness”, dice Pedro Meyer en la introducción de El Teatro Universal.
Los retratos también son interesantes porque exhiben a un México variopinto que no se asemeja a los murales de José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y a las escenas del Cine de Oro Mexicano.