Chilpancingo, Gro.— Pese a todo, va por su tercera campaña a la gubernatura de Guerrero. Lo hace confiado. Quizá como nunca antes siente más posibilidades de ganar, y, al mismo tiempo, enfrenta ahora a un adversario bastante potente: el movimiento feminista.

Son las 10:20 de la mañana, Salgado Macedonio llega a la colonia Emiliano Zapata, en Acapulco, de las más violentas del país, para por fin arrancar su campaña. Lo hace acompañado de su esposa María de Jesús Pineda, quien parece que será su acompañante permanente.

En la cancha ya lo esperan 700 personas y los cientos de aspirantes de Morena que se registraron a decenas de cargos públicos. En Guerrero, propios y extraños quieren estar bajo la sombra de Morena, el partido de moda. Las primeras palabras de Salgado son para la prensa, a la que ha estado esquivando desde finales de diciembre.

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