El Tren Maya, la megaobra mimada del gobierno del presidente , busca “detonar la economía de la región”. El mecanismo, más allá de la construcción de las vías y las estaciones, son los polos de desarrollo, proyectos inmobiliarios y de urbanización que la administración creará y fomentará a lo largo de la ruta. El problema es que, según estudios encargados por los promotores del Tren Maya, si estos desarrollos son mal ejecutados, hay grandes riesgos para la región.

Expertos advierten que se quieren crear 19 “Cancunes” en el sureste, considerada esta ciudad el ejemplo de un éxito turístico que lleva a la depredación ambiental y problemas sociales. En 40 años, Cancún ha perdido 77% de las selvas, y 64% de la vegetación de dunas costeras pasó a ser zona urbana, según el estudio El espejismo de Cancún.

Así, el Tren Maya podría traer un crecimiento caótico y convertirse en la mayor amenaza para la Reserva de Calakmul. Se propone, como proyecto detonador, un aserradero para fomentar la explotación forestal de la selva, que ya sufre de problemas con la tala ilegal y, si se cumplen las expectativas, habrá que multiplicar por 64 la oferta de cuartos turísticos en los aledaños a la reserva y a la zona arqueológica.

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En Escárcega no hay atractivos turísticos y 371 lotes dentro del derecho de vía están ocupados, estos se denominan asentamientos irregulares. En Palenque, primera estación del Tren Maya, se quiere convertir terrenos ejidales para su uso comercial, habitacional y de servicios, y, tras advertir que los ríos están terriblemente contaminados, se habla de que la intención es doblar la población de la ciudad.

Esta información viene en cinco estudios que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) encargó a varios estudios de arquitectura en 2019 sobre cómo podrían ser polos de desarrollo, ahora llamados comunidades sustentables, en la zona cercana a la Reserva de la Biosfera de Calakmul y Escárcega, en Campeche; Palenque, en Tabasco, y Mérida, en Yucatán.

De acuerdo con el documento La Semarnat y los trenes, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, los impactos ambientales del Tren Maya se dividen en dos. Primero, los que generará la construcción y la puesta en marcha del tren en sí. Segundo, los tiempos, “a mediano y largo plazos”, y “mucho mayores y complejos” tienen que ver con “los polos de desarrollo”.

“En lo concreto, hay poca información sobre los polos de desarrollo. Según un estudio pagado por el gobierno, su gran interés es incorporar al mercado a todos estos espacios y se usa un lenguaje económico de rentabilidad, inversión, competitividad (...), es decir, incorporarlo todo a la lógica de mercado y ganancia, y no a una lógica comunitaria”, explica Violeta R. Nuñez, investigadora del Departamento de Producción Económica de la Universidad Autónoma Metropolitana y que ha analizado el proyecto.

Nuñez critica la información contradictoria que se da desde el gobierno. “En septiembre de 2020, López Obrador dijo que los polos de desarrollo no tienen nada que ver con el tren y que no son parte del proyecto, pero Rogelio Jimenez Pons, director de Fonatur, ha seguido insistiendo en los polos de desarrollo y siguen en la pagina oficial del tren”, dice.

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“Esto nos muestra, igual que la repentina incorporación del Ejército al tren, que mucho se va improvisando y es gravísimo que estén planteando así un reordenamiento territorial de esta magnitud; los polos de desarrollo son el gran negocio del Tren Maya, y el resultado es que van a tratar de reproducir 19 ‘Cancunes’, una historia de depredación de la naturaleza y la sociedad; en los próximos años vamos a ver cómo el sureste va a transformarse en zonas con alta marginación y destrucción social”.

Fonatur, en sus 40 años de vida, ha fomentado ocho polos de desarrollo turístico; primero, cinco: Centros Integralmente Planeados —Cancún, Ixtapa, Huatulco, Los Cabos y Loreto—, y luego tres, llamados Proyectos Turísticos Integrales —Marina Cozumel, Litibú y Playa Espíritu—. La narrativa oficial los vende como ejemplos de “sustentabilidad, competitividad, productividad, integralidad y preservación del equilibrio ecológico”.

Pero, por ejemplo, los dos últimos —Litibú, con Vicente Fox, y Playa Espíritu, con Felipe Calderón— son considerados fracasos medioambientales por organizaciones como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental o Greenpeace, y tildados de fracasos económicos por los analistas turísticos. El Tren Maya propone 19 de estos polos en los próximos años, uno por estación, más del doble de los realizados en toda la historia del organismo.

Un aserradero en la selva de Calakmul

De los siete tramos en los que está dividido el Tren Maya, el que más preocupa a ecologistas y científicos es el 7, que recorre los 287 kilómetros que separan Escárcega, en Campeche, de Bacalar, Quintana Roo. Sin vía construida y con la idea de correr paralelo a las carreteras, afectará a la Reserva de la Biosfera de Calakmul. 42 mil personas visitan anualmente las ruinas de Calakmul y para llegar hay que internarse 60 kilómetros hacia el núcleo de la reserva. El objetivo es que la parte sur de la Península de Yucatán y la zona arqueológica de Calakmul acojan 8 mil turistas al día, lo que supone 2,92 millones de personas al año, 200 mil más que las que reciben las ruinas de Chichén Itzá.

Fonatur ha encargado dos estudios para esta zona : Propuesta conceptual para el desarrollo turístico de la región Conhuas, Campeche, y Propuesta conceptual para el ordenamiento turístico y territorial de Conhuas-Calakmul-Xpujil, Campeche.

Tren Maya causaría 19 ecocidios en el sureste mexicano
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De acuerdo con los datos del estudio, se explotan anualmente cerca de 10 mil metros cúbicos de madera en el municipio de Calakmul, con un valor de 52 millones de pesos. Pero son muy frecuentes las denuncias de tala ilegal.

Según los datos obtenidos vía transparencia, de 2009 a 2019 se aseguró madera talada de forma ilegal en 46 ocasiones en aserraderos del municipio y se clausuraron siete. En la reserva crecen maderas como el “granadillo y el ciricote”, con un precio en el mercado negro de entre 50 mil y 60 mil pesos el metro cúbico.

Otro aspecto que el estudio evalúa es el abasto de agua, “una de las grandes preocupaciones”. La disponibilidad de agua en Calakmul es la más baja del estado, con sólo 67% de las viviendas tiene agua entubada, mientras el resto acarrean o usan captación de lluvia los meses que pueden.

“Uno de los pilares de sustentabilidad y preservación de la reserva en esta propuesta radica en NO traer agua de fuera, ya que hace posible el crecimiento de la actividad agrícola y ganadera con el consecuente cambio de uso de suelo de la selva de forma definitiva”, además de “fungir como un detonador de un crecimiento urbano desordenado que depreda la selva de forma silenciosa”, advierte el estudio.

Otra de las ciudades cercanas a Calakmul donde hay planeada una estación del Tren Maya es Escárcega, también en Campeche. En ella confluyen los tramos 1, 2 y el 7, y protagoniza el estudio Proyecto conceptual de regeneración para el polo de desarrollo. Como problemas se señalan la ausencia de atractivos turísticos y que hay asentamientos irregulares en el derecho de vía, es decir, viviendas y edificios. Concretamente 414 lotes, de los que están habitados 371, deberán ser desalojados.

Para Mérida, la capital de Yucatán, todo se basa en utilizar para un desarrollo inmobiliario los terrenos del actual aeropuerto, pero aun no hay fecha ni nuevo ubicación aún para el nuevo.

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En Palenque, inicio de la ruta y donde el Presidente tiene su rancho, el proyecto para el polo de desarrollo plantea que la ciudad doblará su población hasta las 100 mil personas.

Advierten que los ríos de la zona ya se encuentran altamente contaminados y que uno, el Chacamax, puede dar abasto a la población y turismo proyectado, pero que antes sería necesario construir “un sistema de plantas de tratamiento de aguas residuales antes de que este río muera por la contaminación”.

En la sección Análisis del medio físico transformado, se habla de que “existen terrenos ejidales con gran potencial para destinarlos a uso habitacional, comercial y de servicios”.

“Los académicos decimos de broma que el Tren Maya será la primera vez que veamos en América Latina que el capital proponga un desarrollo social, sustentable, que no dañara el medio ambiente, que va a dar sueldos justos (...) una forma inédita de capitalismo”, dice taimada Nuñez.

Al ser cuestionado con relación al tema, la Fonatur no dice cuántos polos de desarrollo están planeados, pero asegura que mientras “los CIPs y los PTI son proyectos enfocados específicamente a fomentar la actividad turística” con “claroscuros de éxitos económicos para el gran capital y el turismo de sobreexplotación que ha rebasado al medioambiente ”, los polos de desarollo del Tren Maya quieren privilegiar “el turismo comunitario en pequeñas y medianas comunidades”

“En repetidas ocasiones nuestro director [Jiménez Pons] ha refrendado el compromiso de no repetir los errores del modelo Cancún”, finalizan.

A mediados de 2019, en el foro Fondo de Capital Privado, organizado por la Asociación Mexicana de Capital Privado, Jiménez Pons estimó que el Tren Maya traerá una inversión en desarrollos inmobiliarios de entre 120 a 150 mil millones de pesos.