La , por medio de la autoridad educativa federal de la Ciudad de México, alista el protocolo de prevención y actuación en caso de peligro en los más de ocho mil planteles de educación básica ubicados en la capital de la República, es decir, ante sismos, balaceras, sustracción de menores de edad y explosión de artefactos.

A cuatro años de los sismos de septiembre de 2017, en los que murieron 19 alumnos del Colegio Enrique Rébsamen, EL UNIVERSAL tuvo acceso al anteproyecto que envió la autoridad educativa de la Ciudad de México a la Comisión de Mejora Regulatoria (Conamer), en el que se ordena la realización de simulacros mensuales de diversas situaciones de riesgo.

El protocolo informa que la autoridad educativa establecerá a inicios del próximo ciclo escolar un calendario de simulacros a efectuarse en planteles y en el que se ordena un ejercicio cada mes para poner en práctica la respuesta ante sismos, tiroteos, artefactos explosivos, incendios, fugas de gas, secuestro e inundaciones.

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“La hipótesis de los simulacros se determinará con base en el análisis de riesgos, tomando en cuenta la probabilidad de ocurrencia del fenómeno”, detalla.

El protocolo recomienda realizar por lo menos cuatro simulacros con hipótesis de sismo en las ocho mil 296 escuelas públicas y privadas que hay en la capital de la República. Autoridades federales y locales han reconocido que en la Ciudad de México operan grupos criminales como La Unión Tepito, Fuerza Anti-Unión, los cárteles de Tláhuac, y Jalisco Nueva Generación.

Prevén palas y picos en planteles

De manera obligatoria, cada plantel tendrá un Comité Interno de Protección Civil Escolar (CIPCE), el cual se conformará por personal del inmueble y tendrá la orden de elaborar un Programa Interno de Protección Civil Escolar de manera anual, con el que se buscará reducir los riesgos previamente identificados y para definir acciones preventivas y de respuesta para estar en condiciones de evitar o atender alguna emergencia o desastre.

El coordinador del comité interno será el director de cada escuela, quien estará al mando de cinco brigadas: evacuación y repliegue; primeros auxilios; control y combate a incendios; comunicaciones, y apoyo sicosocial. En caso de que se cuente con menos de 10 brigadistas por plantel se puede conformar una brigada multifuncional.

Dentro del equipo con el que deben de contar los planteles educativos para enfrentar situaciones de sismos son: radio receptores del sistema de alertamiento sísmico con altavoces, un gabinete de seguridad, el cual estará a la entrada del plantel y equipado con pico, pala, cuerda, barreta, linterna y guantes de carnaza; un kit de emergencia escolar, el cual contendrá un megáfono, letrero de identificación de la escuela, botiquín, agua y alimentos no perecederos, entre otros.

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Se deberá tener extintores vigentes, señalamientos de seguridad, botiquín de primeros auxilios, detectores de humo, lamparas de emergencia —para turnos vespertinos y nocturnos— y chalecos y cascos para brigadistas.

El protocolo establece que al escuchar la alarma o percibir el movimiento sísmico, la persona más cercana la puerta la abrirá, de manera que, en caso de haber deformación en su marco, no se trabe e impida la salida, y los alumnos y maestros deberán colocarse en las zonas de menor riesgo previamente identificadas en el análisis de riesgos.

Al salir al punto de reunión, la persona designada tomará la mochila de emergencia y se deberá seguir las indicaciones de: “No corro, no grito, no empujo”.

“El punto de reunión interno, generalmente se ubica en el patio de la escuela, es importante que el espacio destinado para ellos, no esté debajo de malla sombra, cubierta o domo.

“En el punto de reunión, antes o durante el sismo, se deberá permanecer lo más cercano al suelo, ya sea acostado, sentados, hincados o arrodillados para evitar menor balanceo por gravedad y mayor control.

“Terminado el movimiento sísmico podrán estar de pie o sentados, esta última posición permite mayor control del grupo”, detalla el documento.

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También se aconseja que en caso de fuga de gas o agua se debe de reportar de manera inmediata; la brigada de evacuación realizará la estimación temprana de daño y en caso que sea grave en elementos verticales (columnas y/o muros de carga), no se podrá hacer uso del inmueble.

La brigada de apoyo sicosocial ayudará a estabilizar a las personas en crisis y colaborará con la brigada de primeros auxilios.

Tras esto, se establece que el maestro al frente organizará a los alumnos para su retiro, y será el Comité de Protección de Protección Civil y Seguridad del CPS el que verificará que quien acuda por el menor esté autorizado.