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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Los derechos humanos de las personas con discapacidad no son un tipo de caridad o solidaridad, sino de justicia, por lo que merecen estar en una escuela, en un trabajo digno y ser incluidos en ámbitos como los deportes, el arte y la cultura, afirmó Fernando Landeros, presidente de la Fundación Teletón, en entrevista con EL UNIVERSAL.
Comentó que esta edición del Teletón será “muy especial” al contar con un matiz binacional, mediante el cual se busca dar un mensaje de fraternidad, unidad, respeto e inclusión a nivel mundial.
Advirtió que se ha generado una “bola de nieve” que pretende romper con la equidad y la justicia, sobre las cuales se han construido las naciones. La idea de realizar una edición binacional del Teletón surgió cuando se encontraron los paralelismos entre las personas con discapacidad y los migrantes, puesto que ambos padecen la discriminación y la exclusión, al prevalecer en torno a ellos la percepción de menor valor, lo que limita el acceso a sus derechos.
“El Teletón no cambia su razón de ser, regresa siempre al tema de la discapacidad; sin embargo, en este caso con un matiz que le agrega un mensaje universal a favor de la dignidad”, enfatizó.
La meta
El objetivo de reunir 361 millones 645 mil 829 pesos será uno de los principales retos de esta edición, puesto que se tuvo menos tiempo para la recaudación de los recursos.
Reconoció que en los últimos años el Teletón ha requerido de un “esfuerzo enorme” para alcanzar la cifra, debido a las críticas que ha recibido la fundación, lo cual repercutió en que 8 mil espacios en los Crits de todo el país se cerraran, por lo que niños que recibían rehabilitación en las tardes tuvieran que cambiar a la mañana; así como otros ajustes administrativos para seguir brindando la atención en esos centros.
Resaltó que la verdad y la transparencia son las mejores formas de combatir la desconfianza hacia el Teletón, por lo que exhortó a la población a visitar los centros para conocer las instalaciones, la infraestructura, así como el servicio que se brinda, el cual, dijo, es de “alta calidad”.
¿Cuál es la importancia de este Teletón que por primera vez se retrasó?
—Es un Teletón muy especial, porque es binacional. Vamos a hablar de la inclusión, que es lo que todos los seres humanos nos merecemos, en particular en la causa del Teletón con los niños con discapacidad.
Por primera vez vamos a lograr que la transmisión del Teletón, en un número importante de horas, sea una transmisión simultánea en los dos países. Nos da la oportunidad de dar un mensaje de fraternidad, de unidad, pero sobre todo de respeto y también de inclusión.
Parecen increíbles los paralelismos que hay entre la discriminación y la exclusión hacia los niños con discapacidad y hacia los migrantes, aunque en ciertas formas pudiera parecer diferente, la causa es la misma.
Es pensar que son seres humanos que valen menos y que por ello no tienen los mismos derechos de ser parte de la sociedad.
¿Cómo surgió la idea de hacer un Teletón binacional?
—Nace por las circunstancias entre ambos países. Hace cinco años abrimos el espacio en Estados Unidos, hicimos Teletón USA e inauguramos un centro en Texas, San Antonio. Es una obra preciosa, inspirada por mexicanos, ejecutada por estadounidenses que atienden niños hispanos de muchísimas nacionalidades, por supuesto mayoritariamente mexicanos, pero también puertorriqueños, cubanos, hondureños, chilenos, afroamericanos, te encuentras una preciosa Torre de Babel, te encuentras en un mismo lugar, un espacio donde todos los niños valen igual, independientemente de su discapacidad o de su origen y a todos se les respeta con la misma dignidad.
Entonces eso, que no es un discurso, es una realidad, aunado al hecho de que teníamos muchos niños que se cruzaban la frontera desde Estados Unidos para ser atendidos acá en México por la calidad de nuestro modelo, nos hizo darnos cuenta de que había ahí un paralelismo bien interesante y que en esta ocasión el mensaje de los niños con discapacidad, de valor y dignidad, inspiraba también lo que estaba pasando con los migrantes.
¿Cuáles son las similitudes entre la población migrante y los niños con discapacidad?
—Cuando los seres humanos empezamos a hacer categorías de: ‘Estos valen más porque están completos físicamente, estos valen más porque son blancos de piel, porque tienen más billetes en la cartera’, en realidad es un retroceso en la evolución del entendimiento humano, brutal, es irse para atrás. Es echar por la borda toda esta sabiduría y entendimiento que los seres humanos hemos acumulado a lo largo de la vida, parecía que era un discurso muy superado.
De repente nos encontramos con que hay una bola de nieve mundial que está regresando a estos temas, que en el fondo echan piedras en el propio tejado porque es romper con la equidad y con la justicia, sobre la cual se construye cualquier nación, visto desde la perspectiva de los niños con discapacidad que es la razón de ser del Teletón. Llevamos 20 años hablando de esto, hablando de inclusión, de los derechos humanos de los niños con discapacidad, de que merecen estar en una escuela, es un derecho, no es un tipo de caridad, ni siquiera de solidaridad, es de justicia, que los adultos con discapacidad merecen un trabajo digno y bien pagado, no cualquier actividad.
Las personas con discapacidad tienen que estar en los deportes, en el arte y en la cultura. Debemos tener espacios accesibles en todas la ciudades mexicanas para que la discapacidad no sea definida por las características de la persona, sino por la accesibilidad que hay en el país.
¿Es un reto que la fecha sea tan cercana para lograr la meta de recaudación de los recursos?
—Sin duda, nunca ha habido un Teletón fácil, sobre todo los últimos años han requerido de un enorme esfuerzo. El Teletón es una épica, es decirle a millones de mexicanos que en 24 horas tenemos que llegar juntos, eso es un reto de proporciones mayores para cualquier nación.
¿Qué nos sucedió? Que el Teletón se había movido para octubre, porque en este concepto binacional: el día de la raza, el mes de la hispanidad, el Columbus Day hacían una sinergia muy bonita en octubre y desafortunadamente viene el terremoto, y se pospone el Teletón, porque no podíamos distraer la atención o la generosidad de la gente hacia otro tema.
Era una decisión dolorosa en dos sentidos: por un lado, porque la fundación y los niños, los centros, requerían el evento en octubre, por lo que estábamos viviendo en muchas zonas del país afectadas. Ni hablar, los centros de rehabilitación se transformaron y se agregó un centro de acopio, dimos atención médica y sicológica, juntamos 34 millones de pesos. Vamos a hacer cinco escuelas, entre seis y 10 centros de salud, estamos midiendo los tamaños, vamos a hacer más de 120 casas con estos recursos, empezamos a inaugurar casas la siguiente semana.
¿De qué manera el sismo del 19 de septiembre impactó al Teletón?
—Nos impacta en la economía, 2014 fue un año difícil. En 2015 sacrificamos la recaudación por la confianza, hicimos un Teletón de visitas, no de dinero. En 2016 el Teletón empezó a crecer en su recaudación y después nos cae el temblor, se necesitaba económicamente el Teletón.
Lo que hicimos fue tomar todas las medidas administrativas de austeridad para poder llegar a la fecha sin afectar la capacidad instalada en espacios para los niños.
A 20 años de la creación del Teletón, ¿cuáles son los retos que enfrenta?
—Entramos al Teletón 2.0, en el que los medios de comunicación tradicionales están sufriendo una transformación, hay un crecimiento brutal de la parte digital.
El Teletón nace como un programa de televisión que hoy tiene que adecuarse a una nueva realidad, este año vamos a hacer por primera vez en nuestra historia el Digitón, es un Teletón en lo digital, tiene sus propias metas, sus propios conductores, habrá una transmisión importante por YouTube, confiamos en que tenga un buen resultado.
¿De qué manera regresar la confianza a la sociedad en las organizaciones?
—Quién mejor que el Teletón puede afirmar que la calumnia, la difamación, la mentira y los comentarios ligeros hacen mucho daño.
Tuvimos que hacer un ajuste importante de personal hace dos años y [también] de niños atendidos, turnos vespertinos que se tuvieron que cerrar, porque obviamente las críticas minaron la recaudación y eso al final de cuentas a quienes afecta es a los niños, eso es lo más doloroso.
Verdad, transparencia, palabra cumplida, me sorprende cómo somos los seres humanos, dicen: “No creo” en 24 centros que ocupan cientos de hectáreas donde hay tres mil profesionales mexicanos, que atienden diariamente a 20 mil niños, y sí puedo creer en 140 caracteres en Twitter que vienen detrás de una máscara, de un anónimo que es muy cobarde, que simplemente es un rumor. Por eso hicimos el “Ven, conoce y visita”, los centros están abiertos a todas las personas que quieran ir, no hay como visitar uno para darte cuenta dónde está tu dinero. Cómo responder: con verdad, nada más.
¿Cuántos espacios se redujeron por la falta de recursos?
—Más de 8 mil espacios se cerraron en las tardes, a los niños que atendíamos en la tarde y me refiero a espacios, lo que hicimos es que a niños que se atendían en el turno de la tarde los invitamos a atenderse en el turno de la mañana, la gran mayoría reencontraron un lugar en la mañana, hubo algunos otros que no, por trabajos de los papás, cosas que desafortunadamente escapan a nuestras posibilidades.
Las familias del Teletón ganan en promedio 5 mil pesos al mes, son tres o cuatro miembros por familia, cuando un niño con discapacidad requiere una terapia que le va a costar mínimo 300 o 400 pesos y tu hijo requiere más de 100 servicios terapéuticos al año, simplemente el futuro y la esperanza de ese niño se ve vulnerada.
¿Cómo combatir esta desconfianza hacia el Teletón?
—Con la verdad, no hay de otra, cuando hicimos la campaña de Ven y conoce, siempre hay mil opciones de comunicación para compartir, qué más puedo decirle a alguien: ‘El dinero que me diste se convirtió en una primera piedra, en un hospital de cáncer o un centro [para niños] con autismo, con calidad médica, profesional y los niños ahí están”.
Lo que no se vale es ser irresponsables con nadie, emitir juicios con personas o instituciones sin conocerlas, creo que es un signo de los tiempos que no tiene otra solución que la misma de siempre: la verdad.
¿Harán otra edición del Teletón en diciembre?
—Nos gustaría, vamos a hablar con los medios que nos apoyan terminando este evento y esperamos contar con su apoyo.
¿Volverá a ser binacional?
—No sabemos. Quién sabe, después de que saquemos conclusiones de este año tomaremos esa decisión, lo más probable es que no.