La crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de la Covid-19 obligó a replantear diversos aspectos de nuestras vidas. La educación tuvo que volverse remota y maestros y alumnos adoptaron un modelo diferente.

A pesar del reto que significó el cambio para muchas universidades , y de que hay quien vive con la esperanza de que todo volverá a la normalidad anterior, lo cierto es que existe una nueva realidad que permanecerá. Y, esto es una oportunidad para mejorar.

Josep Maria Duart, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), expresó que se puede aprovechar esta contingencia para transformar y hacer evolucionar los sistemas educativos . “Lo que hemos convenido en llamar educación remota es una gran experiencia que puede ser la semilla para la transformación definitiva de los sistemas educativos presenciales en sistemas híbridos ”, dijo.

Al respecto, Anna Espasa, directora del máster en Psicopedagogía de la UOC, señaló que después de esta situación experimentada a nivel global , “no sería lógico volver a las escuelas y hacer lo mismo que se hacía antes, pero ahora con tapabocas y grupos reducidos. El reto para los profesionales es identificar estos aprendizajes y traducirlos en mejoras”.

Leer también: 

En ese sentido, también se espera que los docentes , para quienes es un desafío realizar sus clases a través de una pantalla, puedan replantear su labor y convertirse en una guía y refugio para los alumnos. “Los profesores deben tener la posibilidad de crear un territorio seguro para los estudiantes, más allá de la Covid-19 , en donde la distancia social no sea un impedimento para estar cerca de ellos, si se tiene la voluntad”, señaló Lina Osorio, coordinadora del posgrado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en Colombia, durante un evento virtual por el 59 Aniversario de CETYS Universidad.

Necesidades locales

Respecto a nuestro país, el maestro Jaime Valls Esponda, secretario general ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior ( ANUIES ), había ya declarado, incluso antes de la pandemia, que era necesario que México construyera una nueva visión del progreso de la enseñanza superior, “a partir de temas cruciales relacionados con las funciones sustantivas de las universidades y la convicción de que la educación es una palanca para el desarrollo de las naciones y los pueblos”. Esto con la convicción de que solo de esa manera será posible contar con ciudadanos con competencias profesionales globales y valores éticos y humanistas.

Así, viendo a la pandemia como un catalizador para la mejora y la transformación de la educación superior , los expertos señalaron que las universidades deben ser conscientes de que los estudiantes se enfrentarán a un mundo diferente que les demandará, por ejemplo, más capacidades de comunicación y autonomía.

En la etapa post-Covid: ¿hacia dónde irá la educación superior?
En la etapa post-Covid: ¿hacia dónde irá la educación superior?

Lo anterior quiere decir que es momento de apoyarlos en el desarrollo de otras habilidades porque, antes de la crisis sanitaria, la “Encuesta de competencias profesionales. ¿Qué buscan –y no encuentran– las empresas en los profesionistas jóvenes ?”, del Centro de Investigación para el Desarrollo ( CIDAC ), mostraba que el 83% de los empleadores consideraba que la educación y la formación de los solicitantes de empleo era inapropiada .

Con relación a esto, el doctor Carlos Prieto Sierra, rector de la Escuela Bancaria y Comercial ( EBC ), consideró que la situación podría empeorar. “Por la coyuntura que vivimos, debido a la pandemia de Covid-19 , se ha agudizado el problema educativo , sobre todo en sectores de la población que no tienen la capacidad económica para acceder a la tecnología ”.

Asimismo, las instituciones jugarán un papel clave en la identificación de soluciones para enfrentar los retos del país una vez que la Covid-19 esté controlada. Como ejemplo de lo anterior, durante la reunión “Retos del sector educativo post-pandemia : Encuentro Universitario-Ministerial”, convocado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños ( CELAC ), representantes de diversas instituciones coincidieron en que “la crisis sanitaria , económica y humanitaria que vive el mundo no podrá ser resuelta por la vía de propuestas aisladas y en cada país se requerirán esfuerzos colectivos e integrales, con la participación de todos los sectores , tanto públicos como privados ”.

Coincidieron en que por parte de las instituciones de educación debe haber un compromiso no solo por no dejar fuera de la educación superior a la población vulnerable sino para que el trabajo docente, de investigación, innovación e incidencia social estudie los problemas actuales, a partir de perspectivas interdisciplinarias y transdisciplinarias, para encontrar soluciones posibles.

La educación online se queda

Una alternativa (y complemento) no solo para mantener la formación de los jóvenes en una situación como la que vivimos actualmente, sino para que un mayor número de ellos pueda cursar una carrera, es la educación online . Este esquema es una respuesta a dos de las problemáticas más recientes de la educación: la creciente cantidad de información y habilidades que debe manejar un profesional, así como la necesidad constante de actualización .

Pero para que sea efectiva, es fundamental trabajar en el fortalecimiento de las modalidades educativas y en el desarrollo de competencias digitales para los estudiantes y el cuerpo docente. Asimismo, es necesario que las universidades estén bajo la lupa para asegurar la calidad en la modalidad online. “Este tipo de tecnologías y metodologías están aquí para quedarse. La tecnología es importante, pero no es la única cuestión a tener en cuenta. Es tan importante el modelo tecnológico por el que se apueste como el organizativo , y, por supuesto, el modelo pedagógico . Esto requiere un cambio profundo en la institución”, comentó Pastora Martínez Samper, vicerrectora de Globalización y Cooperación de la UOC.

Leer también: 

Y también destacó que es importante apuntar que una modalidad no va a reemplazar a la otra. La educación en línea y las metodologías clásicas de las universidades “deberán ser complementarias , pues cada una se dirige a un perfil de estudiante diferente, que se adapta mejor a una u otra metodología. De ahí la necesidad de una educación que permita apostar por un aprendizaje a lo largo de la vida, para mejorar las oportunidades de todas las personas”.

Y es que, de no lograr que el alumno esté satisfecho y sienta que lo que está aprendiendo es útil, los sistemas mediados por tecnologías o en línea seguirán teniendo un nivel de deserción superior que los presenciales, como sucede actualmente.

Además, como declaró Siva Kumari, directora general de Bachillerato Internacional, si bien la mayoría de los jóvenes en la actualidad usan herramientas digitales para comunicarse, acceder a información y divertirse, no saben cómo emplearlas de una manera efectiva para el aprendizaje , por lo que será necesario también educarlos en habilidades digitales .

Promoción de valores humanos

Más allá de que seguirá siendo clave la calidad educativa y la formación teórica y práctica de los estudiantes , tras la pandemia , ha quedado claro que las universidades también tienen un papel que jugar respecto a la salud emocional y los valores.

Es decir que, además de los temas de la carrera , se deben crear herramientas que incentiven competencias transversales como lo son la creatividad , la empatía , la inteligencia emocional , la resiliencia y el trabajo en equipo , además de la capacidad de resolver problemas complejos a través de un pensamiento crítico y siempre con un liderazgo positivo.

La Universidad Tecmilenio, por ejemplo, impulsa lo que llama educación positiva , que plantea que las instituciones educativas ofrezcan habilidades académicas y competencias que ayuden a los jóvenes a construir su bienestar y vivir una vida plena.

El doctor Martín Seligman, pionero de la Psicología Positiva, señaló que la importancia de incluir a la felicidad en los modelos educativos actuales se debe principalmente al aumento en el número de trastornos depresivos y al escaso incremento del nivel de bienestar y felicidad de la población mundial.

Además, afirma que cuando las instituciones educativas incluyen programas para conocer y usar las fortalezas de carácter y promover las emociones positivas , los alumnos mejoran su desempeño escolar. Y también los motiva a permanecer y concluir sus estudios .

Transformación de los espacios físicos

Investigadores del Smart Classroom Project de la UOC señalan que, una vez que comiencen a retomarse las clases presenciales será necesario realizar algunos cambios.

Consideran que será una buena estrategia aligerar el espacio eliminando mobiliario y utilizando lugares que antes no se destinaban a sitios de aprendizaje como auditorios y hasta pasillos. También, recomiendan organizar las mesas de manera circular para favorecer el contacto visual entre todo el alumnado , esto sobre todo considerando la necesidad de que se sigan utilizando cubrebocas que afectan una parte importante de la comunicación interpersonal , de la expresión y la comunicación no verbal.

Los investigadores también proponen potenciar al máximo la conexión visual , dejando las puertas abiertas y eliminando las barreras físicas. La clave será, poco a poco, crear una cultura de uso del espacio que sea adecuada a las necesidades actuales sin olvidar la comodidad de la comunidad universitaria .

Tomando en cuenta la probabilidad de que se retomen clases cuando las medidas de distanciamiento social seguirán siendo indispensables, los especialistas también destacan la importancia de explicar a los alumnos la importancia de mantener las normas de higiene , pero sin perder los hábitos de relación y contacto interpersonal.

En la etapa post-Covid: ¿hacia dónde irá la educación superior?
En la etapa post-Covid: ¿hacia dónde irá la educación superior?

Algunas tendencias que integrará  la universidad del futuro

1. Digitalización

No se trata solo de dar clases en línea sino de adaptarse a las nuevas tecnologías . Entenderlas como un respaldo para la generación de aprendizaje efectivo con programas de estudio actualizados, capacitación profesional y cursos personalizados de manera que los alumnos sean tratados y reconocidos de manera casi individual.

2. Aprendizaje continuo 

La relación entre los alumnos y las universidades no tiene que terminar cuando se obtiene un grado, las necesidades de actualización pueden ser cumplidas a través de modelos flexibles y cursos extracurriculares.

3. Inclusión

Los nuevos modelos educativos tienen que considerar a todos, no solo a los que ya tienen un lugar en la universidad. Desde personas sin recursos hasta aquellos con dificultades y trastornos de aprendizaje que, durante la contingencia , se quedaron sin el apoyo específico que recibían en la escuela presencial.

4. Perfil profesional

Universidades y empresas deben estar más en contacto para identificar los “mapas” de los empleos del futuro , así como las brechas de empleabilidad , para formar a los futuros profesionistas con las mejores habilidades .

5. Modelo híbrido 

Los alumnos ya no necesitarán acudir todos los días a la universidad para que los docentes les transmitan conocimiento ya que los contenidos de enseñanza pueden encontrarse en diversas fuentes y a través de internet , por lo que los profesores deben ser más como asesores cuando los estudiantes acudan a las aulas .

6. Gamificación

Entre los impactos positivos ligados al uso de videojuegos destacan el desarrollo de la inteligencia colectiva y el aprendizaje horizontal; la estimulación de la creatividad y la confianza en las habilidades propias; la difusión de roles de género no tradicionales y las habilidades de programación. Por lo que podrían utilizarse como parte de una enseñanza más efectiva.

7. Más poder para los estudiantes

El universitario busca ser protagonista y líder de su proceso de formación por lo que buscará un modelo más flexible y personalizado.

8. Emprendimiento

Ya no se debe formar a los alumnos solo con la intención de que se unan a las filas de una empresa sino de crear sus propios proyectos innovadores , desde una perspectiva social y comercial.

9. Aula invertida

El docente ya no es el único depositario del saber, su rol será el de apoyar a los estudiantes quienes, a su vez, ahora son responsables de su propio aprendizaje por lo que se deben involucrar y ser más conscientes de lo que están haciendo.

Fuentes de las tendencias: D2L, TecMilenio, UAM, Capabilia, ITAM y EGADE.