En medio de una marcada indiferencia hacia el proceso electoral, consolida su ventaja sobre sus competidores más cercanos. En exclusiva para , la encuesta nacional más reciente de Buendía&Márquez (antes Buendía&Laredo) indica que la suma de la preferencia por PAN, PRI y PRD es insuficiente para alcanzar a Morena. Sin embargo, la oposición solamente es competitiva si va en alianza, dado que la pulverización del voto siempre beneficia al partido más grande.

A nivel nacional, el partido oficial recibe 34% de la intención de voto, mientras que PAN obtiene 12%, PRI 10% y PRD 4%. En los 124 distritos donde compiten las coaliciones Va por México (PAN-PRI-PRD) y Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PVEM) la coalición oficial recibe 43% de la intención de voto y la alianza opositora 29%. La distribución de estos votos en los distritos electorales será crucial para determinar cuánto ganará cada agrupación.

En comparación con nuestra última medición trimestral se observa una disminución en la intención de voto por PAN y PRI, mientras que Morena se mantiene estable. En cambio, el voto por las llamadas cuartas fuerzas se incrementa (la No Respuesta también aumentó de 18% a 23%). La opinión sobre los principales partidos también refleja esta tendencia: el balance de opinión para Morena (positivos menos negativos) es de +31, mientras que Acción Nacional y el PRI tienen balances negativos (-17 y -35, respectivamente). Destaca que el balance de opinión de todos los partidos minoritarios es positivo.

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La oposición ha esgrimido la necesidad de generar contrapesos al poder presidencial. Sin embargo, la encuesta nacional de EL UNIVERSAL/Buendía&Márquez encuentra que los ciudadanos no siguen ese razonamiento: 59% están de acuerdo con que el partido del Presidente tenga la mayoría en la Cámara de Diputados y sólo 32% opinan lo contrario. Esto contrasta dramáticamente con lo registrado hace seis años, cuando gran parte de los mexicanos no querían que el PRI tuviera mayoría en la Cámara Baja.

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Uno de los hallazgos más notables de la encuesta es la indiferencia ciudadana hacia el proceso electoral federal. Solamente 20% de los encuestados señalan que han puesto mucha/algo de atención a la elección de diputados federales. Esto se manifiesta en la baja disposición a acudir a las urnas: solamente 41% indicaron que es muy probable que vayan a votar. Hace seis años, el porcentaje equivalente era de 57%.

Sin duda, la pandemia y el control de la agenda pública por parte del Presidente explican el reducido interés en la elección legislativa. Aunque todavía estamos a varios meses de la cita con las urnas, la apatía ciudadana es una señal preocupante.