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Javier y Consuelo tienen 23 años de casados. Vinieron juntos, desde Chicoloapan, Estado de México, a las oficinas de transición que utiliza el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para acusar irregularidades en la pensión de él, pero nadie pudo recibirlos.

Javier López Chico trabajó por 28 años en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En el estado de cuenta de su Afore el concepto “Cesantía y vejez” aumentaba un porcentaje cada año, pero en 2016 tuvo un descenso mayúsculo. Unos meses antes, al revisar su saldo, apareció una nueva leyenda en sus papeles, argumentando que “por decreto presidencial”, del concepto, se retiraría un porcentaje. De un mes para otro, pasó de tener 309 mil pesos a 412 pesos.

“Es mucho y nos pasó a todos los que fuimos contratados con esa antigüedad, por eso vine. El dinero no espero que me lo den, pero lo mismo están haciéndole a los jóvenes, no generan antigüedad, los contratan sin prestaciones y eso no es justo”, dice Javier a EL UNIVERSAL.

Consuelo Morales siente un encanto especial por López Obrador. “Ahora sí tenemos al que escogimos todos los mexicanos, ¿se imagina cómo se va a poner el 15 [de septiembre] en el Zócalo?, sin duda será una fiesta nacional”, aseguró. Aunque sabe que la vida no es miel sobre hojuelas y que habrá cosas que en seis años el tabasqueño no podrá resolver. “He pensado en que si esta situación no mejora con él [López Obrador], mejor nos vamos del país. Se los dije a mis hijos y se lo comenté a él, en Canadá no piden visa a mexicanos, pero la idea no es esa, amo a mi país”, dice ella.

A la esposa de Javier le preocupa que sus hijos, el más grande tiene 20 años, no encuentren trabajo, y si lo hallan, tengan complicaciones por las condiciones en que son contratados ahora. En una carta que Javier preparó para Luisa María Alcalde, propuesta para la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), y López Obrador, expresa la preocupación de Consuelo por el futuro laboral de sus tres hijos. “Cuando trabajen ya no van a generar antigüedad, ahorita la juventud está desamparada”, añade Consuelo. La pareja volverá mañana a entregar el mensaje epistolar en limpio, esperan encontrar a alguien que reciba su misiva y, en el mejor de los casos, poder ver al tabasqueño.

“Ponte como que vas a entrar por el portón y te tomo una foto”, le dice Consuelo a Javier.

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