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El gobierno hace una política exterior no para ser vista, es más para generar beneficios en la sociedad. El hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador aún no haya asistido a foros globales, no quiere decir que la diplomacia mexicana está ausente, defendió la subsecretaria de Relaciones Exteriores para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Martha Delgado.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la funcionaria subrayó que si bien el aparato diplomático de México es fuerte y sólido, éste funciona de acuerdo con las instrucciones del Ejecutivo y del titular de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

Detalló que México ocupa posiciones importantes a nivel internacional, ya que obtuvo el asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU); tiene la presidencia pro tempore de la Celac, además de otros espacios que obtuvo desde 2019.

¿Cómo debe ser vista la política exterior mexicana?

—Al igual que la política interior, la política exterior de esta administración [federal] está trabajando.

A diferencia de los muchísimos cambios que tenemos en políticas públicas internas [en el país], el Presidente y el canciller [Marcelo] Ebrard han retomado y recuperado la tradición diplomática de México para la configuración de la nueva política exterior.

Esta administración está fundada en una política exterior con unos principios que estamos defendiendo a lo largo y ancho del mundo y en todos los foros multilaterales.

Quizá el nuevo estilo de la política exterior es un poco distinto en cuanto a un cambio en el estilo, pero de ninguna manera es de bajo perfil.

¿De la presencia del Presidente en los foros globales, entre otros, depende la visibilidad de México en el exterior?

—Es un criterio [con el] que no compartimos, [pues] eso resultaría en que los países donde los presidentes son muy vocales tienen buena política exterior y los que tenemos ejecutivos que han decidido no basar su política exterior en su carisma o con su personalísima presencia en eventos, entonces tienen mala política exterior.

Ese único indicador da l00% o 0% de lo que tiene que ver con un alto o bajo perfil de su política exterior.

Fundamos la política exterior de México en principios, no en personas. Somos un país líder en el apoyo al multilateralismo, la cooperación, la solidaridad y la mediación para todos los países.

No basamos la política exterior en alianzas coyunturales, acuerdos personalísimos o en posiciones de corto plazo coyunturales.

¿Cómo es el involucramiento de este gobierno con las instituciones multilaterales?

—México es hoy por hoy uno de los países con uno de los liderazgos más vistos. Lo podemos demostrar: ha sido electo, con el número más alto de votos en la historia del país, para tomar el asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; además, ostenta la presidencia pro tempore de la Celac, un cargo muy complejo, pues la región [América Latina y el Caribe] está bastante dividida.

También hemos sido electos para presidir la Asamblea Mundial Urbana, por aclamación; además, la primera asamblea de este organismo la presidimos nosotros.

Tuvimos también la oportunidad de presidir la Asamblea Internacional de Energía Atómica.

México es uno de los únicos cinco países que tiene una política exterior feminista; fue la primera nación que logró un consenso y la votación de la Asamblea General de la ONU, con el tema del Covid-19.

Si dicen que México tiene bajo perfil en su política exterior porque el Presidente no habló en la Asamblea General de la ONU, es realmente muy poco objetivo.

¿Los triunfos se cimientan más en el aparato diplomático?

—Definitivamente no. Ciertamente México se puso en la lista del Consejo de Seguridad durante la administración anterior, pero conseguir todos los votos y hacer el trabajo para poder ser electos, no es lo mismo que ponerte en una lista.

Hacemos un reconocimiento y un aprecio al aparato diplomático, pero ningún aparato, y menos el diplomático, funciona sin el liderazgo de su secretario y de su Presidente. México tiene un Servicio Exterior solvente y tiene un prestigio diplomático muy útil. Por sí mismo no adquiere un liderazgo internacional.

¿Cómo se busca hacer visible la proyección global de México?

—No hacemos política exterior para ser vistos, ahí hay una diferencia.

El Ejecutivo hace la política exterior no para tener visibilidad, ni siquiera la busca ni la pretende.

Queremos traer los mayores beneficios del mundo para México.

En lugar de estar visibilizándonos, pensamos cómo hacemos para traer cosas buenas al país.

¿Todas las regiones tienen la misma prioridad o Washington tiene preferencia?

—Obviamente nuestra vecindad, dependencia económica y tratados comerciales que son de interés para nosotros, nos hacen tener un interés muy grande, diplomático, político y social con Estados Unidos.

Estamos diversificando las relaciones diplomáticas del país intensamente; por ejemplo, por primera vez en la historia México participó el año pasado en el Foro Económico de San Petersburgo, Rusia. [Estuvo] en el Foro Económico Internacional de Doha, Qatar.

Se tiene, además, un acuerdo de cooperación con la Unión Europea y hay asistencia y cooperación con China, con quien tenemos un puente aéreo.

¿La cercanía con China y Rusia es por afinidad ideológica?

—No. En realidad, en nuestra política exterior compartimos más que ideologías, muchas causas, intereses comunes de índole cultural y económica, eso es lo que nos acerca a estas regiones.

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