Es una mañana fría en la Basílica de Guadalupe. Aquí, ante el riesgo de cancelar por la contingencia de Covid-19 las celebraciones por el aniversario de la aparición de la Virgen, decenas de fieles acuden a dejar su ofrenda a un altar colocado al lado del recinto.

Al avanzar la mañana, el frío va disminuyendo, no así los creyentes, que de pie, en sillas de ruedas o arrodillados entran a la Basílica; otros se quedan en el atrio para escuchar misa, algunos más se acercan a la estatua de Juan Pablo II, en la cual, a sus pies, se colocó una gran ofrenda de veladoras para la Guadalupana.

El mosaico de cera contiene las peticiones de los creyentes en veladoras, que servirán para crear imágenes y ser encendidas el 11 de diciembre ante el probable cierre del recinto mariano; las flores de los feligreses las usarán para crear imágenes con pétalos.

Ahí, Maricarmen y Patricia venden veladoras. También acomodan los cientos que dejan diariamente en el lugar los fieles.

Ellas no tienen la certeza de si se realizará la celebración de la guadalupana; sin embargo, ante el riesgo de la pandemia piden a la gente que lo haga en sus casas: “Es raro, nunca se había visto que se cierre en esta fecha, pero es por el bien de todos para evitar contagios, recomiendo que vengan como muchas personas en estos días para dejar su ofrenda y celebrar desde casa”, señalan.

Una de esas personas que mencionan es Sandra, colombiana radicada en la Ciudad de México, quien lleva años asistiendo a la Basílica y vino antes a rendirle tributo a la Virgen.

“Me gustaría que se haga a distancia lo que tienen preparado en la Basílica y el día de la celebración no se haga nada aquí para evitar contagios, y que cuando vengamos a dejar esta veladora días antes, esa luz acompañe a la virgen”, subraya Sandra.

El señor Marco y su esposa Adriana, que cada año asisten una o dos semanas antes para evitar aglomeraciones, opinan que este 2020 la celebración debe realizarse por vía remota.

“Es importante seguir las indicaciones de las autoridades, por la pandemia es necesario que este año se haga de esta forma. Por eso traemos nuestra veladora para que cuando se prenda estemos presentes aunque sea espiritualmente”, explica Marco.

Estefanía, quien asiste cada año con su familia para la celebración, considera que el probable cierre de la Basílica es adecuado: “Por la pandemia es una buena estrategia para evitar aglomeraciones, la gente que quiera venir debería de hacerlo antes”.

Así, entre la incertidumbre por el aumento de casos de Covid-19, y los festejos alternativos por parte de la Basílica, cientos de creyentes buscan a su manera celebrar a la guadalupana.

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