Expertos prevén que la ausencia del presidente Andrés Manuel López Obrador genere un desencuentro y desconfianza en la relación con Estados Unidos. Además, subrayaron que era importante su asistencia, porque al enviar al canciller Marcelo Ebrard baja el nivel de la invitación.
En opinión de la exembajadora de México en Estados Unidos Martha Bárcena, ambos países defendieron su postura, pero al final no pudieron conciliar. Además, apuntó que la participación del Jefe de Estado sería más relevante que la de un secretario, en este caso, el canciller Marcelo Ebrard Casaubon.
“La relación bilateral es suficientemente importante y fuerte para sobrevivir estos desencuentros. Sin embargo, estos desencuentros hacen que, cuando menos no por parte del presidente Biden, pero sí por ciertos sectores de Estados Unidos, se vea al gobierno de México con mayor desconfianza”, advirtió en entrevista con EL UNIVERSAL.
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Respecto a la declaración del Mandatario contra el Partido Republicano, Bárcena Coqui consideró que estos análisis deben hacerse en privado. “Yo no le veo por ningún lado cuál es la ventaja de México de enemistarse con el Partido Republicano”, enfatizó.
“Dice el Presidente: ‘Yo respeto el principio de no intervención’, y por lo tanto nadie le puede decir a otro país cómo gobernar, pero me pongo a criticar a una parte del Congreso de Estados Unidos. Hay que aplicar este principio a rajatabla”, subrayó.
Enriqueta Cabrera, analista en temas internacionales, dijo que ni el presidente de México ni su homólogo en Estados Unidos, Joe Biden, cedieron en sus posturas, lo que va en detrimento de la relación con la región.
“Entonces lo que hay es una cumbre mocha, en la que no van a estar todos los que son América Latina y el Caribe. Eso significa que los acuerdos que se tomen se verán menguados”, expuso.
“Es de esperarse que tenga una repercusión negativa en la relación bilateral de México y Estados Unidos”, enfatizó.
El analista internacional Gabriel Guerra dijo que la ausencia del Presidente mexicano habla de la falta de flexibilidad de ambas partes, así como la incapacidad de EU para resolver la exclusión de otras naciones.
“Claramente este no era un tema que sólo preocupara al presidente López Obrador. Tal vez lo traía más fresco, pero es una inquietud, una preocupación, una molestia para muchos países de la región”, apuntó.
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“Es una cumbre que nace con una pata amarrada y que ni siquiera para Estados Unidos es tan central, y la mejor muestra de ello es que a la confirmación del Presidente de que no iría la reacción de Estados Unidos fue de ‘no pasa nada, entendemos, que venga en julio’”, expuso.
El analista político Leonardo Curzio comentó que la decisión implica un roce en la relación bilateral porque previamente había confirmado su asistencia. Sin embargo, tras su gira en Centroamérica cambió de opinión.
“Es contraproducente para el interés de México porque el país debe estar en la cumbre porque se discuten los grandes temas. Y hacerle en este caso una descortesía al vecino no ayuda a que las cosas fluyan mejor. Yo creo que el Presidente pierde autoridad moral cuando pierde estos cambios”, manifestó.
Por tanto, consideró que la exclusión de países no será un tema que se trate en el encuentro, porque acuden aquellas naciones dispuestas a construir en materia migratoria, de seguridad y económica, entre otros.
Valeria López Vela, de la División de Estudios Políticos del CIDE, calificó como una “muy mala decisión” la ausencia del presidente en la Cumbre de las Américas, ya que impacta en la relación con Estados Unidos, así como los temas económicos y sociales que los unen.
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